“La policía entra en el apartamento cerrado con llave, encuentra a John y Mary desnudos y sin vida en el piso. Están rodeados de una gran cantidad de agua, la ventana está abierta y hay vidrios rotos tirados en el piso”... ¿Qué ha sucedido?

Para poder contestar de manera correcta la interrogante es preciso primero entender... ¡Qué John y Mary son peces de colores! Este tipo de falla al pensar es debido a nuestros prejuicios mentales, en otras palabras, asumimos demasiado pronto y sin base alguna que John y Mary tenían que ser humanos.

Para ‘destrabar’ estos candados mentales, la meditación ofrece una alternativa para ver el panorama completo; por ejemplo, vemos una oferta de venta de un artículo a 24 meses sin intereses con entrega inmediata, la posibilidad de lo inmediato pone la trampa en la mente de creer que recibimos un beneficio por tener el producto pronto, sin analizar que durante 2 años vamos a pagar cada mes determinada cantidad y peor aún, si nos retrasamos vendrán ahora sí los intereses.

En las artes marciales se enseña a ver el panorama completo más allá de las técnicas de defensa y ataque, a fin de tomar la decisión más conveniente para determinada situación de vida.

Al momento de estudiar una carrera se debe pensar con mucho cuidado cómo serán los próximos años, y si en verdad hay vocación para tal o cual profesión.

Pero... ¿cómo se medita? A la antigua, a lo oriental, se busca un lugar tranquilo en casa, se pone cómodo con ropa holgada y acostado, con los ojos cerrados concentrarse en los músculos de la cara, cuello, toráx, brazos, piernas, abdomen, llevando a la mente a un lugar que nos resulte apacible ya sea un bosque una actividad que nos lleve a sentirnos relajados.

Aprovechar para agradecer por el tiempo presente y disfrutarlo dejando que los pensamientos positivos lleguen a nuestra mente. Esto nos puede llevar unos 10 o 20 minutos y para terminar abrir con lentitud los ojos, para continuar con el maravilloso camino de la vida.