Uno de los misterios más atractivos para los seres humanos es la mente, una poderosa máquina capaz de almacenar mucha información y lograr que el cuerpo humano realice acciones consideradas “imposibles”.

El control mental en los adeptos a las artes marciales es algo que se busca desarrollar desde los inicios, para ello la meditación, autosugestión, visualización y decretos positivos dan como resultado que se pueda reeditar nuestro entorno bajo la primicia de ser feliz.

Mediante el poder mental, al romper objetos duros como tablas o tabiques, se llega a tener insensibilidad en las manos que más que controlar el dolor, en los niveles altos se obtiene la ausencia de este; sin embargo, limitar ese poder a los rompimientos está muy lejos de su verdadero alcance; un avanzado puede estar tranquilo en un edificio en llamas, puede mantener una calma más allá de lo considerado normal en situaciones de alto estrés.

El secreto está en ti, dicen los grandes maestros, haciendo analogía que al llenarnos de pensamientos positivos, visualizarlos y poner en acción nuestro esfuerzo para alcanzar objetivos se obtiene un cambio en nuestras vidas.

Una importante teoría de la física moderna, sostiene que un objeto material no existe hasta el momento en que la observación lo crea, solo cuando se ven una silla o un árbol estos objetos se tornan reales.

Si estamos contentos, positivos y buscamos la máxima de “ni tristeza ni enojo, pase lo que pase”, atraemos paz a nuestras vidas, basta mencionar el choque que hay entre estar molesto y sonreír, maestros zen dicen que una sonrisa bloquea el enojo y hace agradable la vida.

Para concluir les dejo este poderoso decreto, el cual puede ser usado por cualquier persona para potencializar sus habilidades y atraer éxito:

“Me muevo para avasallar, para conquistar y hacer realidad mis metas. Me enfrento a mis peores miedos y los aplasto. Porque quiero, puedo y lo hago, yo soy una persona de éxito. Hoy conquisto lo imposible, me activo para ganar, soy potencia explosiva sin miedo a nada. Soy atrevido como el tigre, ligero como el águila, ágil como el ciervo y fuerte como el león”.