Asesinato con todas las agravantes

El espejismo de los dólares acaba con la vida de noveles buzos, en la pesca de pepino de mar... y la autoridad la permite.

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Espero que los lectores me perdonen, pero hoy sí voy a escribir con el hígado (inflamado, echando bilis y a punto de reventar). No entiendo cómo las autoridades son capaces de dar permisos para que se capture esa especie de gusano de tan fea apariencia –pero tan grande utilidad como procesadores de basura en el mar- al que llaman pepino (cuya ausencia del lecho marino más pronto que tarde todos vamos a lamentar), pero todavía entiendo menos que dejen salir a esa tan riesgosa actividad a niños que apenas comienzan a vivir su juventud.

Cada año es lo mismo –o peor-: mueren buzos que carecen de experiencia en esta práctica de pesca, que tienen equipos antiguos, con compresoras (en mal estado) que se usan para inflar neumáticos y que a ellos les proveen de oxígeno (y además de pésima calidad, fuera de los mínimos estándares establecidos por los organismos de buceo), que cada vez tienen que sumergirse a mayores profundidades (este año indicaron que el pepino está a entre 30 y 40 metros de hondo) y que viajan a grandes distancias en lanchas de las llamadas ribereñas, con pequeños motores fuera de borda que se descomponen y los dejan a la deriva en medio del inmenso mar.

Además, son personas que saben que a cada inmersión arriesgan a vida –y te lo dicen con tranquilidad pasmosa-. En una plática con langosteros de San Felipe, al hacerles ese señalamiento, uno de ellos me dijo: “No podemos hacer las paradas como ordenan los médicos porque no sale para los gastos. Ni modos, esto es lo que escogimos para ganarnos la vida. Un compadre mío se murió hace poco y yo ya fui tres veces al hospital y creo que me voy a tener que retirar porque no aguanto una cuarta”.

Y eso que en esa zona de Yucatán hay una larga experiencia en la captura del crustáceo. Imagínense ustedes lo que pasa con tanto novel buzo que se sumerge tras el espejismo de los dólares que deja esa especie incomible, para mí, y apestosa.

Pero volviendo al tema inicial, no entiendo cómo la autoridad puede permitir que se realice una pesca de tan alta peligrosidad. Debe prohibirse terminantemente y acabar con las mafias que explotan a esos inexpertos buzos. Es asesinato con todas las agravantes.

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