El aumento de la población, sus demandas y necesidades, la producción de bienes y servicios y la explotación del entorno, son elementos que presionan los recursos naturales y los elementos que estructuran el medio ambiente, especialmente el agua, la tierra, el aire, la flora y la fauna.

Para hacer frente a este enorme reto todos tenemos que asegurarnos que nuestras formas de vida y consumo estén dentro de los límites permisibles de afectación del medio ambiente, es decir, que sean sostenibles.

Aquí es importante entender el concepto de desarrollo sostenible, cuyo significado es que nosotros podamos tener hoy una mejor calidad de vida sin poner en riesgo la de las futuras generaciones. En el Informe Bruntland se define el desarrollo sostenible como aquel modelo de desarrollo que permite satisfacer las necesidades del presente sin poner en riesgo la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades.

De manera sencilla, esto significa que no debemos usar los recursos naturales con una rapidez mayor que la capacidad de nuestro planeta para reponerlos en todos los aspectos de nuestro entorno; es decir, lo económico, lo social y lo ambiental.

El desarrollo sostenible abarca muchas acciones, siendo cuatro las áreas claves identificadas: la producción y el consumo sostenible, es decir, lograr más con menos; el cambio climático y el consumo de energía, reduciendo las emisiones de gases inductores de efecto invernadero; la utilización de los recursos naturales, respetando los límites de su aprovechamiento, y avanzar hacia una comunidad sostenible, cuidando los lugares donde la gente vive y trabaja, mejorando los espacios verdes y construyendo viviendas energéticamente eficientes.

Revisando nuestra ciudad, podemos observar que estamos lejos de ser una comunidad sostenible; preocupa que sigamos mermando la calidad de nuestro valioso acuífero; cada día tenemos más automóviles y una circulación más conflictiva y contaminante. Si bien se avanza en la mejora de los espacios verdes, lo cierto es que los modelos de urbanización siguen siendo muy agresivos con el medio ambiente. Tenemos que cambiar, pero para ello necesitamos consolidar una sociedad realmente comprometida con su futuro.