El uso mesurado del claxon

Un factor que incide en el uso del claxon es el hecho de que las prisas y el estrés son cada vez más comunes en nuestras calles.

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Retomando otra pregunta de mis nietos sobre qué pasaría si los coches no tuvieran claxon, yo les respondí que no pasaría nada, es más, tendríamos una mejor ciudad, ya que el claxon es un elemento que no es necesario y sí muy molesto por el mal uso que se le da.

Un factor que incide en el uso del claxon es el hecho de que las prisas y el estrés son cada vez más comunes en nuestras calles, siendo estos dos factores los que hacen que en muchos casos el artefacto se convierta en un compañero permanente de los conductores. Sin embargo, este compadrazgo entre conductor y claxon trae condiciones caras y molestas, ya que este dispositivo no puede ser utilizado continuamente y cada vez que se nos ocurra o como acto reflejo. Su uso tiene restricciones que hay que tener presentes, habiendo únicamente tres condiciones en las cuales es recomendable utilizarlo; éstas corresponden a momentos en los que su empleo es positivo, especialmente cuando estamos en una situación imprevista de emergencia como tratar de evitar un accidente llamando la atención a otro conductor, o cuando tenemos prisa justificada por estar en una situación de emergencia, como cuando llevamos a alguien a un hospital en nuestro vehículo, o cuando vamos a realizar un rebase, para avisar, además de las intermitentes, al que vamos a rebasar.

En numerosas ciudades, aunque a muchos les parezca extraño, cuando estamos haciendo un alto detrás de un coche y al momento de cambiar a verde comenzamos a tocar el claxon para que el otro conductor reaccione con la rapidez que demandamos, algo muy común en nuestras calles, esta acción nos haría merecedores de una fuerte multa.

Lo cierto es que todo esto debe formar parte de la capacitación en las escuelas de manejo, ya que este acondicionamiento hace que las personas prácticamente nunca hagan uso de él. Si entendemos todo esto, espero que todos al conducir, antes de tocar el claxon de forma insistente, pensemos rápidamente si la situación en la que nos encontramos corresponde a alguno de los casos en los que se permite su uso, y si tenemos prisa, queremos llamar la atención o saludar a alguien, o queremos que el que va adelante se haga a un lado, simplemente actuemos con mesura sin pitar insistentemente.

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