Sigamos pues con el tema de este mes y hablemos más de la mujer, no sin antes extender una felicitación para todos quienes participan en El poder de la pluma que cumple 5 años de compartir opiniones, aprovechando agradecer nuevamente por el espacio que me brindan.

Continuemos ahora con un pequeño cuento, donde nuestro protagonista, el útero, desea con mucho afán concebir. Resulta que el útero se encontraba muy deprimido debido a que no podía embarazarse, así que entre sollozos arrancó su primera membrana llamada endometrio causando un fuerte sangrado, pero era tanto su berrinche que se contraía ensayando un trabajo de parto, provocando así inmensos cólicos en su dueña la mujer.

Por suerte este relajo sólo le dura entre 3 y 5 días, pues después acuden sus amigas las hormonas al consuelo y crean un nuevo endometrio donde pueda implantarse un óvulo fecundado; esto toma aproximadamente 11 días de haberse iniciado el ciclo menstrual, el cual por cierto comienza a partir del primer día de sangrado, ya que el día 14, en quienes son regulares, se liberará el óvulo para darle al útero la oportunidad de embarazarse.

Será entonces la ventana de fertilidad del día 11 al 18 aproximadamente, dejando infertilidad el resto del ciclo hasta el día 28, el cual, si no hubo fecundación, causará nuevamente tristeza en el órgano llorón. Por fortuna para quien quiere embarazarse, ese día se abre nuevamente una oportunidad.

Embarazarse es tan mágico como complicado, por cada ocasión en la que se tengan relaciones sin protección sólo un 25 por ciento quedará embarazada; es decir, si cuatro parejas realizan el coito durante un mes, una quedaría fecundada; este número claro se puede evitar si utilizas un método anticonceptivo, aunque con ello harás al útero de nuevo llorar.