Neurosis, devastadora acompañante

Según la OMS, esta enfermedad es la número uno de las patologías mentales y emocionales.

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La mayoría de nosotros, en algún momento, resentimos alguno de los síntomas típicos de la neurosis. Usamos el término neurótico(a) para referirnos a aquella persona nerviosa, alterada e hiperventilada (de respiración acelerada).

La neurosis es el trastorno psíquico o alteración mental que no debe su origen a enfermedad orgánica alguna y cuyos miedos u obsesiones se relacionan más bien con factores conflictivos personales o ambientales que llegan a dominar a la persona, provocándole ansiedad y sufrimiento.

Según la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad es la número uno de las patologías mentales y emocionales. Desafortunadamente el impacto, allende la persona que la padece, alcanza su entorno familiar, las relaciones profesionales, laborales y sociales, con los costos que conlleva.

Pero, ¿por qué caemos en neurosis? Sin duda, el estilo de vida actual es el condicionante número uno, trastocando nuestra conducta, llevándonos a evadir la mirada, caminar rápido sin prestar muchas veces atención a lo que nos rodea; tampoco es raro que no prestemos atención a cualquier cantidad de asuntos. Pero lo dictado no tendría mayor trascendencia si no involucrara a quienes nos son cercanos, o, lo que es peor, no menguara la calidad de nuestras relaciones.

Cuando esos cambios de conducta rebasan a la persona, es cuando la neurosis debe ser analizada como una enfermedad social, pues ya no se trata de un pequeño grupo de “afectados”, sino de una comunidad.

Para entender lo anterior, tomemos como ejemplo las tensiones laborales, que resultan de un mayor número de horas, competitividad, recortes de personal, carencia de insumos, que se traducen en actitudes poco afables con los semejantes y hacia los recipiendarios de un servicio. Por otro lado, la poca concentración y el nerviosismo que sufren los empleados redundan en menor eficiencia y productividad empresarial, caída o merma de ingresos y a su vez más tensión al interior, convirtiéndose en círculo vicioso.

El aumento de los costos asociados con la neurosis ha sido motivo de investigación por varios autores, quienes concluyen que son “considerablemente mayores” que aquellos relacionados con problemas de salud mental y el abuso de sustancias y los trastornos somáticos.

Lo más destacable de este análisis son los impactos a varios niveles. Los cambios conductuales, el daño a la estructura familiar, los altibajos a nivel laboral y el relego social, rubros que casi siempre olvidamos cuando hablamos de neurosis.

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