Maestros y familia, unidad en la educación

A los maestros les toca la parte académica, a los padres de famlia, los valores.

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Ayer 15 de mayo conmemoramos dos importantes efemérides en materia de educación: el Día del Maestro y el Día Internacional de la Familia.

En 1917, el presidente Venustiano Carranza decretó el Día del Maestro. A nivel internacional fue proclamado el Día de la Familia por la Asamblea General de la ONU, en 1993.

Estas conmemoraciones, en la misma fecha, son importantes en cuanto a la educación se refiere. No debemos de olvidar que las y los maestros están presentes en la vida de quienes abrevan el saber en las aulas escolares, lo que hace el primer eslabón en materia educativa, mejor conocida como educación formal.

La educación informal, segundo eslabón de la educación, es la que recibimos en el seno de nuestro hogar, la más importante de todas, porque la familia es la primera escuela de los valores humanos, donde aprendemos nuestros derechos, como el buen uso de la libertad pero también nuestras responsabilidades, como las de respetar, escuchar, compartir, convivir, entre otras.

Para una mejor sociedad, los padres debemos asumir nuestro compromiso con la educación de nuestros hijos y no delegarla exclusivamente a las escuelas ni mucho menos al Internet. Indudablemente la formación de nuestras niñas y niños requiere de gran esfuerzo que no debe de hacerse unilateralmente, es preciso que padres de familia y maestros unamos esfuerzos para llevar adelante la educación, cada uno en el ámbito que nos corresponde.

A los maestros les toca la parte académica y vigilar que alumnos y alumnas trabajen en la escuela.

Los padres, además de inculcarles valores a nuestros hijos, hemos de ser vigilantes para que éstos cumplan adecuadamente no sólo con las tareas académicas, sino también con las que han de observar en el seno del hogar y en su interactuar con las demás personas.

Magisterio y familia, dualidad que se torna en unidad para forjar mejores hombres y mujeres para un mañana en el que campeen el respeto irrestricto a los Derechos Humanos.

Trabajemos todos unidos para lograrlo, que bien vale la pena.

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