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Ayer cumplió años el primer “millennial” que llegó a mi vida y cambió mi perspectiva (comencé a preocuparme por el planeta), mi categoría social (me hizo tía) y mis costumbres, entre otras cosas, por lo que me puse a reflexionar sobre las ventajas de tenerlos alrededor.

Por extraño que parezca y aunque aún no llega a los 30, ya peina canas y tiene una claridad de vida para algunas cosas que me asusta, aunque en otras cuestiones esté totalmente perdido; me parece que al fin encontré las coincidencias con la generación X, así como sus diferencias.

Lo primero que viene a mi mente es el aprendizaje. Tienen facilidad extrema para enseñar, su interés en la tecnología les permite tener conocimientos diferentes a los mayores de 37 años. Pero también se les hace fácil transmitir el conocimiento, la mayoría está dispuesta a mostrar las maneras, aunque en algunos puntos resulte peligroso compartir la información.

De acuerdo con cifras del Inegi, hay más de 40 millones de habitantes en este país que comparten esas características, pero también aman la música de muchas épocas, y los puedes escuchar cantar canciones de la Sonora Santanera con nuevo ritmo. Quieren viajar siempre a todas partes, sin importar el idioma o la distancia. Tienen ganas de cocinar para sus amigos, y no creen en la adquisición de propiedades ya que quieren vivir el ahora.

Pero también les preocupan los temas globales, participan en movimientos civiles, se inscriben a cursos a distancia, aprenden con videos las cosas que quieren hacer, más de uno te dice: Voy a checar un tutorial. Me gusta esa actitud.

Hace unos días conversaba con una amiga que me repetía palabras de mi padrino en el sentido de que todas las décadas tienen este tema de las cosas que los jóvenes cambian en su comportamiento. Tiene razón. Antes fueron otros los asuntos que preocuparon, quizá nos volvíamos locos con la música de protesta y nuestras aspiraciones por un mundo más igualitario.

Yo aprovecho que es lunes y que aún quedan días de marzo para seguir celebrando a todos los “millennials” de mi vida. ¡Que sea feliz!

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