Cómo contar un chisme

No cualquiera puede relatar una historia de forma interesante, sobre todo cuando se busca la complicidad del otro para ello.

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Creo que contar un chisme tiene su chiste. No cualquiera puede relatar una historia de forma interesante, sobre todo cuando se busca la complicidad del otro para ello. “Te voy a contar algo, pero no se lo digas a nadie” es una tremenda responsabilidad que no siempre se sabe respetar. Saber algo que no puedes repetir se convierte en algo más complejo que guardar el secreto. Como votar y no decir por quién lo hiciste. Y pensar bien en la persona que vas a elegir para que trabaje haciendo de administrador de los bienes del Estado que habitas.

Pero este asunto te da permiso de hablar con otros de lo que alguien te confesó. ¿Por qué? Porque así son las cosas. ¿A quién no le encanta el chisme? Las redes sociales alimentan sus momentos virales con videos que exponen de diversas maneras momentos privados donde generalmente es otro quien “mete la pata” o hace el ridículo.

Un chisme, por definición, es un comentario o noticia no verificada que circula entre la gente, generalmente de carácter negativo.

Las noticias falsas pueden definir una elección y sólo tendríamos que leer historias de Estados Unidos sobre el proceso electoral de Donald Trump.

Y la otra parte de la historia es la privacidad que pareciera desaparecer de nuestras vidas gracias a la “inteligencia” de los teléfonos que tienen la manera de grabar las conversaciones, incluso aquellas a las que no has invitado y que luego se reproducen en medios masivos como pruebas de las cosas que no se deben hacer.

O bien hacen fotografías de conversaciones de texto que tampoco deberían ser expuestas a otros fuera del círculo de los protagonistas, pero no hay forma de parar estas sucesiones de hechos.

Por eso yo aprovecho que es lunes, que se acerca la Navidad y que tengo historias verdaderas que contar para alejarme del chisme y compartir un buen café con alguien. ¡Que sea feliz!

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