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Estamos cerca del Día Internacional de la No Violencia contra la mujer, 25 de noviembre, y parecería increíble que un día así sea necesario.

Es increíble que tenga que existir un día para llamar la atención sobre un asunto que no debería de existir, sobre un problema que avergüenza a nuestra especie.

No debería existir la violencia contra la mujer, ni contra los hombres, ni contra los niños, ni contra las focas, los perros, los toros, la naturaleza, no debería existir la violencia.

El ser humano es, supuestamente, el único ser dotado de inteligencia, de voluntad, de moral. Y al ver los resultados parecería todo lo contrario, ¿cómo puede ser inteligente un ser que destruye la naturaleza que lo alimenta?, ¿cómo puede tener moral un ser que ataca sin sentido a otro ser y lo agrede solo porque es más fuerte y puede hacerlo?, ¿cómo puede tener voluntad un ser que se ataca a sí mismo consumiendo alcohol, comiendo comida chatarra y no haciendo ejercicio?

Suena como una locura, cómo podría cualquier animal con un poco de inteligencia tener una conducta autodestructiva, carente de sentido.

Cómo puede el ser humano sentirse el dueño de la creación y no reconocer a Dios en todos los milagros que suceden día a día, desde el espectáculo del cielo al amanecer, hasta la maravilla de cada animal y el funcionamiento de la naturaleza.

Cómo podemos ser tan ciegos que necesitamos días, como el día de la no violencia, contra cualquier cosa. No nos damos cuenta que nuestro odio y nuestra violencia nos van destruyendo a nosotros mismos.

Que al atacar a tu esposa, a tu hijo, a los animales o a la naturaleza el dolor tarde o temprano te regresará, porque la violencia en lugar de desahogarse crece y se fortalece. Porque no somos seres aislados, necesitamos de nuestro entorno, necesitamos de la gente que vive alrededor de nosotros, necesitamos a los animales, necesitamos agua, no somos autosuficientes.

La basura que tiras en el río, después de un largo proceso llega a ti en un vaso de agua; el que haya un agujero en la capa de ozono del Polo Norte lleva a un calentamiento global en toda la Tierra; que Estados Unidos sea el país que más gases de efecto invernadero produce está acabando con la naturaleza de todo el mundo; el que se extinga una especie de animales en Australia, a la larga repercute en todo el reino animal por las cadenas alimenticias; el que maltrates a tu hijo te lleva a tener un mal día y a generar odio en otra persona; el que tengas sentimientos de violencia y enojo te lleva a un día y a una vida disfuncional e insatisfactoria.

La violencia no solo agrede a quien la recibe, también agrede y cambia el ánimo de quien la practica.
Rompamos con el círculo vicioso de la violencia y el rencor. Aprendamos a dar lo que esperamos recibir, tengamos paciencia, aprendamos a perdonar.

Porque si no lo hacemos, la vida misma nos enseñará que no somos los seres más inteligentes de la creación, sino los más necios; los que vieron venir los problemas y pensaron que repitiendo las mismas variables podrían obtener diferentes resultados.

Si a 2 le sumas 2 siempre es igual a 4, si quieres obtener un 5 debes de sumarle un 3. Si quieres una vida con serenidad y tranquilidad, eso debes darle a la vida, debes convertirte en lo que buscas.

Si el mundo que hoy tenemos, si las relaciones que hoy tenemos no nos satisfacen, es hora de empezar a cambiar nuestra actitud; si hemos metido odio y violencia y hemos recibido miedo y dependencia o más odio, es el momento de entender que tenemos que cambiar la naturaleza prima de nuestra vida y buscar generar en nuestro entorno lo que nos gustaría tener, recibir o vivir.

Hagamos que todos los días sean los días de la conciencia y el respeto del amor a nosotros mismos y a nuestro entorno.

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