"Conéctate con tus sueños"

“Evitar el peligro no es más seguro a la larga, que encararlo abiertamente. La vida es una aventura audaz o nada”, Helen Keller.

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Dice Caroline Diabna Bobart, en su artículo sobre la envidia, que la competencia entre seres humanos nos mantiene alejados de expresar nuestra sabiduría, nuestro propósito y nos aleja de sentir nuestra paz interior. Es un juego terrible que jugamos realmente con nosotros mismos y que parece no tener nada que ver con el objeto de nuestra envidia, sino sólo con nuestras más internas insatisfacciones, miedos y dolores.

La envidia es uno de los sentimientos más tóxicos cuando está mal encauzada, porque sólo refleja nuestro resentimiento, nuestro enojo, la frustración de habernos desconectado de nuestro verdadero yo, de nuestros deseos internos y profundos y habernos dejado manejar y dirigir por esa necesidad de sentirnos aceptados por los demás, por ser iguales, por pertenecer. Parece que olvidamos nuestros sueños pero vivimos permanentemente amargados por el recuerdo de ellos y la frustración de no haber tenido la fortaleza de seguirlos y luchar por ellos.

Y entonces nos encontramos con alguien que sí siguió sus sueños, alguien que logró lo que nosotros abandonamos, alguien que fue fiel a sí mismo y que vive algo semejante a nuestro sueño y entonces sentimos una envidia que nos consume pero que no tiene su raíz en el otro, sino en nuestra propia debilidad, en pensar lo que pudo ser si… , pero que no es porque no nos atrevimos.

Nuestros sentimientos de celos y envidia son realmente un reflejo de lo que sucede dentro de nosotros mismos, si aprovechamos este sentimiento como una enseñanza podemos encontrar nuestros sueños reales, la envidia nos puede marcar el camino a conocernos a nosotros mismos, a entender los anhelos de nuestra alma, este dolor que nos causa , puede llevarnos a la sanación si entendemos que lo que duele es la separación entre nuestros sueños y nuestra realidad.

Recuerda que ningún sentimiento es negativo si logras extraer su esencia, la envidia y los celos te pueden llevar al autoconocimiento y a la reconexión con tu propio espíritu, son una señal de que olvidaste tus sueños y cambiaste el camino pero sin estar convencido
Si entendemos que lo que procede es aceptarnos a nosotros mismos y que podemos comenzar a vivir sin miedo nuestros deseos, que podemos conectarnos con nuestro espíritu y vivir plenamente y así no sentir envidia de quienes lo logran sino poder extender nuestra mano para ayudar a aquellos que no se atreven.

Cuanto más te conozcas y te aceptes, cuanto más integrada esté tu sombra y todos tus sentimientos, menos veras lo que los otros hacen o logran con envidia, dejarás de sentir que tú no tienes la capacidad de crear y vivir milagros y entenderás tu propio potencial, te sorprenderás de ver tu propia fuerza y la fuerza de tus sueños, tu capacidad de crear y lograr la vida que siempre quisiste, te darás cuenta de que puedes celebrar el estar participando, por fin, en tu propia vida y que pueden ocurrir cosas maravillosas.

“Evitar el peligro no es más seguro a la larga, que encararlo abiertamente. La vida es una aventura audaz o nada”, Helen Keller.

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