Sólo por ser mujer

Me preocupa que nuestro Estado vuelva a teñirse con la sangre de una mujer asesinada a manos de un hombre.

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En ocasiones me toca coincidir en ámbitos donde el feminismo es atacado radicalmente. Espacios donde se cuestiona el término feminicidio porque, insisten, no las matan por ser mujeres, las matan por otra cosa. ¿Qué cosa?, pregunto; la respuesta es: para robarles o violarlas. El reciente asesinato de una mujer en una plaza comercial de Mérida, a vista y paciencia de todo el mundo, cimbra al Estado; pedimos alertas de género y nuevamente somos tachadas como feministas radicales, extremistas, neuróticas. Para caer en redondo, la noticia de la mujer degollada por el marido es suplida por la de una joven que desapareció varios días; se lanzaron las alertas e investigaciones y la chica estaba en una fiesta.

Creo que no podemos perder de vista que es alarmante lo que está pasando con las mujeres en este país. Las campañas contra el acoso y la violencia son ridículas, no se han ideado campañas bien pensadas y dirigidas a hombres y mujeres por igual. No pasa semana en la que no leamos noticias lamentables que llevan a mujeres como protagonistas: desapariciones, violaciones, acoso, asesinatos. Las mujeres hemos empezado a cuidar de nosotras, a levantar videos y quejas por medio de las redes. Me pregunto si sólo a las mujeres nos parece alarmante lo que sucede en México. Las madres de familia redoblan los cuidados, los amigos nos procuran pidiendo los mantengamos informados de nuestra ubicación y las personas con quienes salimos.

A riesgo de parecer alarmista, a mí sí me preocupa que nuestro Estado vuelva a teñirse con la sangre de una mujer asesinada a manos de un hombre; no bien hemos pasado el de la señora Emma Gabriela y ya tenemos otra mujer en lista.

Por si fuera poco, en esa misma plaza, fue muerta otra mujer en marzo. Si no quieren llamarlo feminicidio, no lo llamen así, pero es urgente hablar de lo que está pasando, de cómo va en aumento el número de mujeres asesinadas. ¿Es mucho pedir que seamos capaces de mostrar un poco de empatía con las víctimas? Si las autoridades aún no ejercen acciones importantes en el tema, quizá nosotros debamos hacer conciencia de que vivimos en un país en guerra. Lo digo porque alguna vez alguien me dijo que en los países en guerra las mujeres se vuelven un botín: las violan y las matan sin consecuencia, y eso es lo que parece estar viviendo México: una guerra silenciosa con mujeres como botín.

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