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Las campañas se han iniciado y ahora veremos a partidos, candidatos y candidatas hacer todo lo posible y por diversos medios para obtener tu voto. Pero hay un lugar en el que, sin importar dónde te encuentres o la hora que sea, llegarán a ti de manera inevitable: tus redes sociales digitales.

Las plataformas digitales son el escaparate más importante y potente para los actores políticos en una campaña electoral, no sólo para medir el número de simpatizantes comprometidos que tienen, sino para promocionarse de manera viral, tratando de reducir al máximo sus costos.

Y las redes sociales digitales se han vuelto un escenario favorito entre los y las candidatos. Debido a la inmediatez de su publicación y difusión entre gran número de personas, representan tanto que incluso algunos –por no decir la mayoría- destinan gran cantidad de dinero para operadores que se hagan cargo de su imagen, respondan comentarios como si fueran ellos y hasta para que intenten desprestigiar al opositor.

Y en medio de todo eso nos encontramos los ciudadanos que podemos simpatizar con un partido o una persona, pero que no necesariamente estamos inmersos de manera total en un proceso de campaña política activo. Puedes ser igual un ciudadano al que no le interese inmiscuirse en la campaña, pero que es observador de las propuestas para emitir un voto consciente, o puedes ser el ciudadano inmerso en la campaña con su gorra y camisa del candidato, o tal vez una combinación de todos los anteriores. Sin embargo, sin importar el perfil que tengas, los y las candidatas buscarán que tus redes sociales personales sean una extensión de la campaña electoral y de manera explícita o implícita te pedirán que compartas cuanta publicación electoral sea posible, lo cual representa un verdadero problema, debido a que la gran mayoría de tus contactos pueden no compartir tu opinión o pueden no querer saber nada de cuestiones partidistas, y lo único que harás es desgastar tus redes sociales. De cierta forma es posible que el candidato gane la elección y tenga el puesto que tanto buscó; sin embargo, al final tus redes estarán tan desgastadas que el esfuerzo para que otro llegue a su meta personal no necesariamente redundará en un mejoramiento de tu vida personal.

Si para algo debemos utilizar nuestras redes sociales personales debería ser para construir de manera efectiva puentes de comunicación e interacción entre los ciudadanos y aquellos que quieren acceder a un puesto popular, un diálogo que nos permita conocer qué visión tienen acerca de un tema y cómo lo realizarán y así evitaremos seguir votando por castillos en el aire.

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