Generación Z

¿Cuál es la diferencia entre Millenians y los jóvenes de la Generación Z?

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Es un hecho que las redes sociales se han posicionado como un termómetro sensible del comportamiento de la sociedad actual, ellas nos permiten percibir en vivo lo que está pensando y cómo se está comportando la misma.

Por ello es más fácil estar en contacto con videos que se vuelven virales de manera más ágil y con mayor rapidez, tal es el caso del monólogo de “La Mars”, una adolescente estudiante de preparatoria que se queja del “sistema retrógrada”, en el cual ella se asume inmersa; este sistema, de acuerdo con ella, “obliga a los jóvenes a estudiar en vez de perseguir sus sueños”. Lo que vemos en el video es la máxima exposición del comportamiento que cada vez se hará más común entre los jóvenes pertenecientes a la generación Z, los cuales son muy diferentes a los llamados millenians.

La generación Z son todos los jóvenes nacidos a partir del año 2000, ellos están influenciados de gran manera por las personas que están a su alrededor; tomar una decisión por sí solos puede llegar a ser muy complicado para ellos; presentan un gran interés para entrar a la fuerza laboral pero quieren hacerlo lo antes posible y sin educación superior; por eso no debe sorprendernos lo visto en el video. Son muy impacientes y las redes sociales son su mejor instrumento de comunicación, inclusive las valoran más que la comunicación interpersonal.

En la infancia todos hicimos una rabieta en la cual dijimos que queríamos dejar de ir a la escuela, dejar de levantarnos temprano, dejar de hacer tareas; sin embargo, la diferencia es que nuestros padres, de diversas formas, nos decían que eso no era posible, que la educación era necesaria para alcanzar nuestros objetivos; si de casualidad esta idea escalaba y la manifestábamos a nuestro entorno, éste siempre estaba de acuerdo con nuestros padres y abonaba la idea de que abandonar la escuela es uno de los mayores errores de vida.

Y sí, a los 16 años la mayoría hacíamos y decíamos tonterías, fallábamos y aprendíamos de ello, pero ahora cuando un adolescente hace una rabieta y la sube a sus redes sociales, se llena de “likes” de personas que los alientan y apoyan.

El problema es que aquella adolescente puede convertirse en un modelo a seguir, hacerle creer a los jóvenes que deben dejar la escuela y seguir sus “sueños”, incluso cuando aún no tienen la madurez cognoscitiva para saber cuáles son.

El sistema educativo, aunque no perfecto, nos sirve para tener una mejor capacidad para trabajar bajo las presiones de la vida cotidiana, alcanzar mayores conocimientos y ser más perseverante.

Nunca le dejemos de enseñar a las nuevas generaciones la frase de Tomás Bulat: “Cuando se nace pobre, y además, en un país corrupto, estudiar es el mayor acto de rebeldía contra el sistema. El saber rompe las cadenas de la esclavitud, el miedo y la resignación”.

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