En la relación humana, la amistad debe ser el grado más excelso, porque es el vínculo que establecemos por voluntad propia, sin mediar compromisos ni obligaciones. Es tan fuerte este vínculo humano que rebasa cualquier acto de noble sacrificio, hasta el extremo de dar la vida por alguien que sentimos amigo.

Es no solamente una figura en la relación humana, sino que realmente es un sentimiento que supera cualquier conveniencia personal.

Se ha escrito tanto a sobre la amistad, desde los orígenes de la Biblia hasta nuestros días, que hemos perdido en muchas ocasiones el sentido único de la palabra y la hemos convertido en una expresión ligera, muy alejada de su verdadero significado, tan sencillo y tan profundo. AMIGO es alguien por quien se da la vida si es necesario, se le habla sin reservas, especialmente cuando no compartimos su opinión, y se puede llegar a cualquier exceso de expresión sin herirlo ni sentirse herido, cuando las palabras tienen un sentido que hay que entender desde la óptica del corazón y no desde su sentido aparente. “AMIGOS Y SOLAMENTE AMIGOS, LO DEMAS… LA SELVA”.

Si elevamos la relación con nuestros semejantes, tratando de llegar a niveles de amistad que no es lo mismo que de amigos, pero que ya es algo mejor que la frialdad con que nos tratamos cotidianamente, estaremos abriendo la posibilidad de tener un entorno más sano, en el que podremos desenvolvernos con mayor posibilidad de ser felices y saludables. El planeta será un mejor lugar para vivir, si nos sentimos amigos de él y lo tratamos como corresponde a un amigo noble y tolerante.

ENTRE OTRAS COSAS, siempre es una muy recomendable experiencia la de disfrutar una excelente comida de mariscos. Para quien esto escribe la que se sirve en el restaurante Celestún es una de las mejores.

En ese sitio se puede experimentar una aventura gastronómica insuperable al paladar con el saludable MOJO DE AJO, en una forma diferente de preparar este aderezo que sorprende al comensal. Ahí puede uno dejarse consentir por el capitán Pedro.