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Si usted pasa enfrente de alguna de las cantinas que hay en la calle 67 del centro de Mérida y se asoma hacia adentro verá a un grupo de personas que, no se equivoque usted, están enfrascadas en trabajar para el libre desarrollo de su personalidad, y no como antes, en embrutecerse y gastar el dinero que le hace falta a su familia.

La alegre escena nos viene a la mente luego de leer que este miércoles 31 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) votó a favor de declarar inconstitucional la prohibición absoluta del consumo recreativo de la marihuana.

Su argumento o justificación –aberración o desatino– fue que “el derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad permite que las personas mayores de edad decidan –sin interferencia alguna– qué tipo de actividades lúdicas desean realizar”.

O sea, que la Corte toma muy en serio defender la forma en que cada uno se quiera divertir, y ya puede hacerlo por ejemplo apedreando perros, quemando gatos, practicando actividades piromaníacas y etcétera, ¿o no?

Con esa decisión la SCJN admitió dos amparos contra la prohibición absoluta del uso recreativo de la marihuana, lo que traerá como consecuencia, entre otras, que los legisladores deberán modificar la Ley de Salud para evitar que viole el sagrado derecho de los ciudadanos a divertirse embruteciéndose con la hierba. Ya lo podían hacer desde luego con alcohol ayudado con tabaco, pero ahora se beneficiarán con los avances imparables que impulsa la Suprema.

La triste decisión de la Corte preocupa seguramente a millones de mexicanos, pues con el fallo de este miércoles se acumulan ya cinco casos en que ese tribunal se pronuncia en el mismo sentido, lo que genera jurisprudencia y obligará a jueces de las 32 entidades federativas a pronunciarse en el mismo sentido.

Los magistrados “superiores” abrieron la puerta a una “libertad” más, o a una caja de Pandora que vendrá a hundir cada vez más en la miseria moral a millones de mexicanos.
Ni siquiera nos merece comentario la afirmación de que liberar el consumo de la marihuana reducirá la violencia en el país, pues sería ingenuo creer que con esa medida la delincuencia dejará de comerciar con tal sustancia embrutecedora.

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