|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Los problemas que afrontan los habitantes de la capital yucateca, Mérida, y los del interior del Estado suelen ser diametralmente diferentes, pero hay dos que coinciden en por lo menos una de sus causas de origen, la cual es la indiferencia, apatía o lentitud con que reaccionan quienes nos gobiernan. Veamos.

Nadie puede negar que la capacidad del Anillo Periférico Manuel Berzunza fue rebasada desde hace mucho, y ahora casi todo el tiempo queda saturado de vehículos cuyos conductores buscan ahorrar tiempo y dinero en sus traslados.

Desde los tiempos del gobernador Patricio Patrón Laviada (o sea, hace unos 15 años), y probablemente desde antes, se reconoció la necesidad de construir el Segundo Anillo Periférico de Mérida, al que también se denominó Anillo Vial Metropolitano.

Los objetivos, entre otros, incluían desahogar el Manuel Berzunza, reducir el número de accidentes –con frecuencia mortales– y contribuir a bajar los costos de transporte de muchas empresas y particulares.

Pero el proyecto nunca cuajó, a pesar de su evidente necesidad y su importancia económica.

(Algunos empresarios aprovecharon el conocimiento de que se iba a realizar el proyecto para adquirir terrenos en las áreas donde pasaría el Segundo Periférico, generando la envidia de otros que se durmieron y no pudieron entrarle al “negocio”).

El Segundo Periférico es pues una muestra de la tardanza con que quienes nos gobiernan atienden problemas urgentes.

Y en el interior del Estado hay otro asunto que nuestros políticos y gobernantes se están tardando en atender, y que es el aumento del narcomenudeo, con sus consiguientes secuelas o agravantes de creciente inseguridad y malestar social, menoscabo de las figuras de autoridad, encarecimiento del nivel de vida y falta total, o casi total, de inversiones públicas y privadas que generen empleos para reducir la migración del campo a la ciudad.

Poner control y freno a actividades como el tráfico ilegal de especies marinas –actividad que por cierto ya fue elevada legislativamente a la categoría legal de crimen organizado– y la descarada venta y consumo de drogas “estupidizantes” es una necesidad ahora mismo, pero las autoridades municipales y estatales, incluyendo las policiacas, a menudo ni siquiera parecen estar enteradas de la existencia de esos problemas.

No se necesita ser vidente o un gran visionario para advertir que más temprano que tarde padeceremos las consecuencias de la omisión o lentitud de nuestros políticos y gobernantes para detectar los problemas importantes y darles solución oportuna.

Lo más leído

skeleton





skeleton