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Contrariamente a lo que se espera del trabajo de un maestro, en las últimas semanas, diversos grupos magisteriales han sido reclutados por los partidos políticos para fortalecer sus campañas, pues la cercanía e influencia que ellos tienen en la sociedad son el vínculo ideal para enganchar el voto de la población. Pero no todos actúan con la misma intención; no importa para qué partido o candidato trabajen, al final muchos de ellos hacen el trabajo sucio, con la consecuente denigración del gremio magisterial, al cual se le ha señalado como falto de compromiso y profesionalismo ante los bajos resultados y la mala calidad de la educación que se imparte en México.

Históricamente, con la fundación del SNTE, el gremio magisterial fue subordinado a través de la práctica corporativa del voto masivo a favor del partido oficial, cosa que no cambió nada con la alternancia del poder federal en los gobiernos de Fox y Calderón. La creación de la coordinadora nacional de maestros CNTE, en diciembre de 1979, fue la válvula de escape de diversas corrientes disidentes que buscaban nuevos espacios de participación política fuera del control del sindicato magisterial, pero sin salirse del mismo.

La creación del PRD y su alianza con los demás partidos de izquierda fue el espacio ideal para cobijar a estas corrientes disidentes, la fuerza y representación que recibieron las colocaron en una inmejorable situación para tomar por asalto la arena política e iniciar un largo rosario de manifestaciones, protestas, plantones y desmanes que nada tenían que ver con sus legítimos reclamos como trabajadores de la educación; en realidad, como activistas políticos, fueron y son usados como la fuerza bruta para coaccionar el voto de la población. Y esto tiene mucho que ver con los recurrentes sucesos en estados como Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Tabasco, donde en las últimas semanas los maestros convocados por sus dirigentes dan noticia, pero nada relacionado con su labor docente.

Buscando a los culpables de los hechos en que integrantes de la Sección 22 de la CNTE y priistas se enfrentaron con palos y piedras a unos metros de donde se realizó un acto de campaña de José Antonio Meade en Puerto Escondido, Oaxaca, nos damos cuenta que son precisamente los maestros a quienes los partidos políticos sacan de las aulas para ejecutar estas reprobables acciones. Más claro no puede estar.

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