La actitud detona el cambio

El Dr. Stephen Covey afirma que el 10% de lo que nos pasa en la vida no tiene nada que ver con nosotros...

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En su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, el Dr. Stephen Covey afirma que el 10% de lo que nos pasa en la vida no tiene nada que ver con nosotros, por tanto es totalmente ajeno a nuestro control; pero el 90% de lo que nos sucede está absolutamente determinado por nuestra reacción.

Ninguno de nosotros puede evitar una serie de acontecimientos que pasan a diario y que amenazan nuestra serenidad y tranquilidad.

Para hacer más gráfico lo que comenta Covey, visualicemos un par de escenarios de la vida diaria: Es lunes y no llega a casa la asistente de servicio; tenemos la urgencia de llegar a tiempo a una cita y nos vemos atrapados en el tráfico de una avenida, la lluvia inesperada arruina el evento que teníamos en casa, se descompone el coche a medio camino y nos informan que se cancela el vuelo que teníamos programado, con lo cual perderemos nuestra conexión… podríamos poner un largo etcétera de sucesos imprevistos…pero dejémoslo hasta aquí… ¿Cuál es nuestra reacción? Recordemos que lo demás que suceda dependerá de cómo afrontemos la situación.

Otro día, estamos desayunando en familia y en ese momento nuestro hijo nos tira la leche sobre la ropa justo en la puerta a punto de salir, por lo que enojados reaccionamos regañando al hijo por ser tan descuidado y de encima soportamos su llanto, además de criticar a quien ayuda en la cocina por no fijarse dónde coloca el vaso, con lo cual al replicar que no fue su culpa aquello se convierte en un altercado de dimes y diretes, no termina allí porque el hijo sintiéndose culpable se va sin decir adiós, nosotros nos retrasamos quince minutos para vestir ropa limpia y queriendo recuperar el tiempo salimos a prisa, cosa que no pasa desapercibida para el oficial quien nos pone una multa por exceso de velocidad y, para acabar de fastidiar el día, el portafolios se quedó en casa…

¡El día no podía haber empezado más mal! Y amenaza con ponerse peor.

Ansiamos llegar a casa… pero nos encontramos con la ley del hielo.

Si analizamos qué pasó en la escena anterior ¿Acaso la leche fue la culpable? ¿El descuido del hijo? ¿La multa? o ¿nuestra actitud? Sí, adivinaste, Nosotros somos culpables en el 90%, recordemos que del otro 10% nosotros no tenemos el control, cinco segundos pudieron cambiar todo.

La actitud detona el cambio, miremos el mismo escenario con diferente desenlace: nos tiran la leche y con toda comprensión le decimos al hijo que no se preocupe que fue un accidente y que ponga más cuidado la próxima vez, nos cambiamos, tomamos el portafolio, nos despedimos dándole un beso y llegamos a tiempo a la oficina… ¡Qué diferencia!, ¿verdad?

Nuestro temperamento a veces nos traiciona, por ello necesitamos echar mano de la voluntad para atrevernos a cambiar el ritmo de los acontecimientos.

Si alguien nos dice algo desagradable, no tomarlo tan a pecho, seguramente no conoce el Principio 90-10, disculpemos y no dejemos que nos afecte.

Si reaccionamos adecuadamente no arruinaremos el día, tengamos presente que una reacción equivocada podría tener peores consecuencias.

¿Qué hacer con ese 10% que no controlamos? Cada uno tiene la respuesta, tengamos un libro a mano para leer mientras esperamos, aprovechemos saludar a algún amigo por teléfono, ordenemos nuestra agenda, en fin, cada momento es una oportunidad para realizar una acción positiva si orientamos bien nuestra actitud.

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