|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

A veces, en un intento por ser aceptad@s a los ojos del mundo, nos equivocamos al crear una apariencia que es incompatible con nuestro ¡verdadero yo! ¿Qué es lo que nos lleva a negar quienes somos aparentando lo que no somos, tratando de esconder, de ahogar nuestro verdadero yo…?

Por otro lado ¿qué elementos nos alientan a convertirnos en todo lo que podemos ser? ¿Qué o quién nos intimida en la actualidad y provoca nuestras simulaciones y sentimientos negativos?

Es cierto que no existe una “máquina del tiempo” para retroceder y hacernos un nuevo principio. Sin embargo, ver de manera objetiva el pasado nos ayuda a evitar la repetición de errores y nos permite avanzar.

El perdón quita las “vendas” con las que hemos cubierto nuestras heridas. Cuando entramos a este proceso empezamos a mirar y vivir mucho mejor el presente.

Es importante que revisemos y detectemos nuestros impulsos y pensamientos negativos que nos detienen y podamos descubrir situaciones y personas que los provocan llevándonos a que nos cubramos de apariencias por la amenaza que representan. En realidad, no existen dichas amenazas más que en nuestra mente.

Podemos eliminarlas de nuestras vidas para que le demos la bienvenida al “verdadero yo”.
os pensamientos y sentimientos que nos frenan y limitan deben dejarse a un lado para superar las inhibiciones. Para empezar, ¿por qué desarrollamos las inhibiciones?

Me parece que rara vez se nos alienta a dedicar tiempo para procesar nuestras emociones. Vivimos de prisa y, cuando algo nos duele, rápidamente cambiamos de tema.

Estamos tan absortos en nuestras actividades que “no tenemos tiempo” para autoevaluarnos y mejorar. Al sentirnos equivocados o lastimados es bueno identificar los sentimientos así como las emociones que esto provoca y que no queremos reconocer, sofocándolos y así nuestro verdadero yo empieza a desvanecerse para dar lugar a la simulación, viviendo un YO FALSO.

Las respuestas emocionales son involuntarias. Las emociones mismas no están bien o mal, solo están. Forman parte natural del ser humano.

Al reconocerlas las podemos manejar y encauzar hacia una conducta inteligente y no reactiva que ocasione rupturas, y que donde había paz empiece la guerra, destruyendo amistades y negociaciones que podrían resultar en gano yo-ganas tú, que a todas luces es lo mejor.

Tengamos por seguro que nos irá mejor
¡Ánimo!, hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton