Ya entramos a la recta final de la temporada de huracanes 2018, que oficialmente finaliza el 30 de este mes, y todo indica que es un año más que la Península de Yucatán ha brincado el peligro. Solo es esperar que llegue el último día de noviembre y fin de la historia.

Pero ¿cómo nos fue con el pronóstico de este año? ¿Cómo nos fue en relación con otros años?
Vamos a contestar la primera pregunta: el pronóstico de este año, elaborado por los expertos de la Universidad de Colorado, nos indicaba que se iban a formar 12 ciclones tropicales con nombre y para esta temporada llevamos 16 de esos fenómenos con una identificación nominal, dándonos a entender que fue ampliamente rebasado este pronóstico debido principalmente a la aparición tardía del fenómeno de El Niño, cuyo surgimiento se esperaba en el pico de la temporada y que con ello provocara una disminución en la formación de los ciclones tropicales, pero no lo hizo.

De estos 12 ciclones con nombre, se esperaba que siete fueran tormentas tropicales y hubo exactamente siete, aunque una fue subtropical; se esperaba que hubiera cuatro huracanes categoría 1 y 2 de la escala Saffir-Simpson (moderados) y se formaron seis de ellos, o sea el número fue mayor que lo vaticinado.

Se pronosticaba que hubiera un huracán intenso (categoría 3, 4 y 5 de la escala Saffir-Simpson) y se formaron dos de esos fenómenos en categoría 4, también superando el vaticinio.

Cabe señalar que los dos huracanes intensos afectaron a los Estados Unidos, donde causaron muerte y destrucción, por lo tanto para la cuenca del Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe ha sido una mala temporada.

Con respecto a otros años, tema de la segunda pregunta, si hacemos un análisis desde el año 2010 veremos que salvo 2014, cuando solo se formaron nueve ciclones tropicales con nombre, de un promedio de 12 pronosticados, en todos los demás años hemos estado por encima del promedio y eso es algo que preocupa porque no ha habido un descenso real en la formación de ciclones tropicales, como ocurrió en el lapso de 1968 a 1987, ya que desde 1988 han sido, salvo algunas excepciones, años con formaciones por arriba del promedio, aunque la Península de Yucatán se ha salvado hasta ahora.