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Los cataclismos que destruyeron los cuatro soles anteriores, según la mitología azteca, dejaron un vacío en el orden cósmico. De acuerdo con Roy Willis, los mexicas concibieron que los dioses les darían una última oportunidad con un astro más.

El Quinto Sol fue creado en Teotihuacán cuando el dios Nanahuatzin se arrojó a una hoguera y se transformó en el sol naciente. Al principio el astro estaba inmóvil; los demás dioses sacrificaron su sangre para proporcionarle energía y generar el movimiento solar. Por eso se conoce a la quinta era como “Cuatro-Movimiento”. Su origen sentó el precedente mítico de que la vida del universo sólo puede prolongarse mediante el sacrificio. Sin embargo, se trató de una concesión efímera de los dioses, pues los terremotos destruirían también el Quinto Sol. La era del “Cuatro-Movimiento” incorporaba el concepto del sacrificio humano que impregnaba a la religión azteca. Esta idea fue plasmada en la Piedra del Sol, un gran disco pétreo con la imagen central del rostro de Tonatiuh, dios del citado astro.

Su diseño es sumamente complejo pues representa los principales elementos de la quinta creación. Los aztecas concebían a Tonatiuh como una manifestación de su deidad guerrera tribal, Huitzilopochtli. En este complejo simbolismo se aprecia la aplicación de la mitología para justificar la guerra y el sacrificio, aspectos terrenales vinculados al funcionamiento de su economía.

Según las creencias aztecas, la sangre humana contiene una esencia sagrada denominada chalchihuatl, único alimento adecuado para los dioses. En torno a la imagen del dios del sol hay cuatro figuras encerradas que representan a los cuatro soles anteriores: el del jaguar, del viento, del fuego y del agua. También se encuentran las representaciones simbólicas de Tezcatlipoca, Quetzalcóatl, Tláloc y Chalchiuhtlicue.

Se cree que la gran piedra solar sirvió para efectuar sobre ella los sacrificios humanos. El escultor anónimo dejó grabada en su obra la visión azteca que mostraba el frágil equilibrio del universo que se mantenía con la continua ofrenda de sangre a los dioses.

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