"El origen del maíz"

El maíz fue el alimento más importante para los pueblos de Mesoamérica y quizá por eso su mito es complejo y con muchas variantes.

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El maíz fue el alimento más importante para los pueblos de Mesoamérica y quizá por eso su mito es complejo y con muchas variantes. Alfredo López Austin publicó una versión que fue tomada de un documento escrito en el siglo XVI, en lengua náhuatl, y proviene del altiplano central de México: Una vez creada la humanidad, varios dioses, incluido Quetzalcóatl, se preguntaron cuál sería la comida de los seres humanos. Quetzalcóatl decidió resolver el problema. Vio que una hormiga roja cargaba un grano de maíz y le preguntó en dónde lo había obtenido. La hormiga señaló el Cerro del Sustento, el Tonacatépetl.

El gran dios creador se convirtió en hormiga negra y acompañó a la roja hasta al sitio donde estaban las semillas. Ambos insectos entraron al cerro mencionado. Quetzalcóatl tomó algunos granos de maíz y los llevó a Tamoachan, el lugar donde los dioses habían hecho a los hombres. Allí las deidades masticaron el alimento y colocaron la masa en los labios de los hombres recién creados para que se fortificaran.

El resultado fue bueno, pero era necesario obtener más semillas para seguir alimentando seres humanos. Entonces los dioses se preguntaron cómo podrían acceder al cerro y llevarse todo el maíz. Quetzalcóatl ató el monte con cuerdas y quiso llevárselo a cuestas, pero no pudo. Dos dioses adivinos, Oxomoco y Cipactónal, usaron granos del maíz para echar suertes y conocer la forma de obtener el alimento sagrado. Llegaron a la conclusión de que solamente Nanáhuatl, dios del sol, podría romper la inmensa montaña.

Finalmente, todos los dioses vinculados a la lluvia participaron en el propósito de romper el cerro. En un último esfuerzo, Nanáhuatl golpeó la montaña hasta que ésta derramó su tesoro: el maíz blanco, el maíz negro, el maíz amarillo y el maíz rojo. Salieron también las semillas del frijol, el quelite, la chía y el amaranto.

Todo ese alimento fue a manos de los tlaloques, los ayudantes eficientes de Tláloc. Ellos se encargaron de distribuir las semillas a toda la gente de todos los pueblos.

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