El salvaje del Madrigal, Tabasco

Según la tradición oral, en la sierra vive un antropoide peludo, de gran estatura, ¿qué pasa si te lo encuentras?

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Julio César García Juárez recopiló algunos relatos del sur de Tabasco e incluye una versión acerca del hombre salvaje y lo ubica en la sierra del Madrigal, perteneciente al municipio de Tacotalpa, Tabasco.

Según la tradición oral, en la sierra citada vive un antropoide peludo, de gran estatura, sin coyunturas en las extremidades y conocido desde épocas inmemoriales como El salvaje.

Se dice que lleva una vida nómada y se dedica a la recolección de frutos para alimentarse. Aunque su nombre se menciona en singular, se cuenta que hay varias parejas que forman familias o clanes. A pesar de que serían monógamos, cuando hay oportunidad el macho sale en busca de otras hembras.

Carecen de lenguaje articulado y se comunican por medio de gruñidos y señales a manera de los grandes monos. Expresan bastante bien sus estados de ánimo.

Se cuenta que, durante las noches de plenilunio, los salvajes se juntan y se ponen a bailar con la música que crean los cantos de las aves y los sonidos de los insectos nocturnos. Además, el ambiente se perfuma con las fragancias de las flores del campo.

Luego toman de las manos a sus futuras parejas y forman un círculo en una danza ritual. Mientras, se escuchan unos gruñidos pasionales de sus primitivas gargantas y terminan apareándose. Esto sucede durante la noche hasta que la luna se oculta.

Después se separan las parejas y hacen sus nidos en las ramas altas de los frondosos árboles o en las oquedades de las grutas profundas.

Sin embargo, estos salvajes tienen una guarida especial, que es una gruta en la espesura del bosque, tan grande como un palacio. Es tan bella que parece hecha de mármol, cristales y esculturas que el agua de la lluvia ha formado.

Si alguien se encuentra con El salvaje, lo mejor es que lo haga reír, pues así caerá al suelo por la risa y tardará en levantarse debido a que no tiene coyunturas. Este lapso debe aprovechar el viandante para huir.

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