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De las cosas que algunos ven, escuchan y callan surge la iniciativa de hablar de este tema, ya que por lo regular, de un modo u otro, de manera cotidiana nos volvemos testigos de una gran variedad de sucesos.

Durante una charla en la que participaban dos personas se hablaba acerca de los sucesos acontecidos hace algunos días en una población perteneciente a un Estado del centro del país; en cierto momento se incorporó una tercera persona aportando su impresión acerca de lo que muchos fueron testigos a través de un video que fue publicado para ser visto vía internet.

El tercero en la plática mencionaba su inconformidad por la detención de más de una veintena de sujetos que probablemente solo se encontraban contemplando, decía, aquel sanguinario hecho.

El tema por supuesto era el suceso en el que en una población fueron quemados usando gasolina dos individuos, mismos que por supuesto fallecieron a consecuencia de tan lamentable decisión.

Mencionaba el tercer sujeto que se incorporó a la charla que seguramente durante ese acontecimiento estuvieron presentes personas que solo observaban y no tuvieron participación alguna en los hechos.

Se lamentaba de que fueran tantos los detenidos, ya que, según su opinión, no fueron más de cinco los que rociaron gasolina y prendieron fuego a esas personas vivas.
Lo anterior da motivos suficientes para plantear, sin profundizar en el ámbito de la teoría del delito, que por simple sentido común, tanto el hacer como el no hacer traen consecuencias.

Por supuesto no puede quedar en duda que el desconocimiento de la ley no exime a nadie de responsabilidad; cabe aclarar que hablar de este ejemplo verídico solo es para dar espacio y señalar desde los sencillos actos hasta las delictivas conductas como aquellos asuntos que deberían ser del interés general.
No sería irreal decir que nos convertimos en testigos cuando vemos a un individuo tirando basura en la calle, o cuando vemos a otro golpeando a su igual, hechos posiblemente menores que nos callamos sin saber por qué.

Se dice que la palabra contubernio se utiliza para señalar la existencia de un acuerdo que es censurable o indigno, en otras palabras, se habla de que son actos ilícitos, conspiraciones u otros entendimientos que merecen repudio.

¿Entonces aquellas pequeñas cosas o actos mínimos, así como los de gran impacto social, de los que somos testigos podrían llevarnos a encontrarnos en contubernio?

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