La Real Academia Española define Íntegro: del lat. integer, -gra ‘intacto’, ‘puro’. Sup. irreg. integérrimo, cult.; reg. integrísimo. Dicho de una persona: recta, proba, intachable.

Un simple adjetivo, una palabra corta, diminuta y con poca fuerza gramatical.

Es así como empezamos este pequeño breviario, recordando palabras en desuso en la época gramatical de la comunicación contemporánea.
Las cosas caen en desuso, se vuelven inútiles, inservibles, se convierten en desecho, en basura; en otras palabras, en desperdicio. Esto sólo sucede cuando el fin para el que fueron creadas cumplió su cometido.

Pero la vida actual del consumismo hace que algunas, tal vez muchas, por no decir todas, se conviertan velozmente en parte de la escenografía de un basurero.

Queda claro, por ser cierto y verdadero, que lo antes dicho es parte de algo que ocurre todos los días y se admite y acepta como algo normal, algo debidamente natural, usar hasta gastar.

Así es como las cosas caen en desuso, pero si habláramos de las personas y sus conductas e hiciéramos un análisis cuantitativo y cualitativo, tendríamos también los mismos resultados; veamos: el comportamiento honesto, íntegro, bueno, legal y correcto debería de ser ingrediente ineludible para la formación de las personas, del hombre, del ser humano, sin duda, pero la información de la vida cotidiana no refleja eso.
Tal situación es así, ya que, gracias a la velocidad del mundo actual, se nos hacen más fáciles las cosas y rápidamente obtenemos toda clase de información; entre ella prepondera aquella que hace referencia a la violencia, la corrupción, la maldad y toda clase de actos incorrectos a los que las personas se dedican.

Seguramente debemos aceptar que nos encontramos ante un escenario en el que ya hay otra especie en peligro en extinción.
Dedicadas a hacer lo adverso, las personas no encontrarán la felicidad y se fortalecerá la frustración.

Los personas probas, íntegras, con valores, ya escasean; hagamos algo para que no desaparezcan.