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¿Qué da origen a las distintas sociedades? Sin duda la familia es la más antigua forma institucional que les da lugar y constitución, por ello podemos decir que son su cimiento.

Desde el inicio hombre y la mujer se fueron uniendo para tener hijos y formar una familia, aun en las sociedades más primitivas siempre se ha respetado la figura familiar, en ella las relaciones que se dan son filiales y se privilegian el amor, la protección y el cuidado de los hijos, queriendo de ellos sacar lo mejor que puedan ser como personas.

Los hijos para los padres no son objetos sino sujetos de amor, es justo en el seno familiar donde padre y madre enseñan a los hijos los valores que les permitirán ser unos buenos ciudadanos, para que al crecer y formar a sus propias familias éstos a su vez eduquen a sus hijos de igual manera.

Defender la figura familiar, protegerla y promoverla equivale a garantizar que la sociedad se fortalezca para tener mejores ciudadanos, pero pareciera que las políticas públicas se dirigen a exactamente lo contrario, debilitando desde los cimientos a esta institución que por derecho le corresponde ser protegida.

¿Cómo pretenden lograrlo? A los padres nos quieren quitar el derecho que tenemos de educar a nuestros hijos de acuerdo con nuestras convicciones y creencias, hay intentos legislativos para “desaparecer a los padres” poniendo en su lugar los términos de tutores, portadores de la patria potestad o custodios, cuando todos sabemos que cualquier persona tiene un padre y una madre aunque no viva con ellos, no le conozcan o esté fallecido; ya lo hicieron anulando en el registro civil a padres y abuelos sustituyendo estas referencias con la simple expresión de datos de filiación como si esta economía del lenguaje fuera necesaria.

No nos chupamos el dedo con el alegato de que se trata de facilitar los trámites, a todas luces se mira el desarraigo de la familia.

En el sistema educativo han estado incorporando cambios que van en contra de muchas familias mexicanas, contraviniendo así el derecho constitucional que tenemos los padres de elegir la educación de nuestros hijos, nos están imponiendo sin consultarnos la clase de educación que queremos para ellos.

La mayoría de los padres de familia estamos muy conscientes de los derechos y obligaciones que tenemos para con nuestros hijos y buscamos la forma de que no les falte lo necesario para su sano desarrollo integral, amor, cuidados, protección, sustento material y espiritual.

Los hijos no son propiedad de los padres, ¡menos del Estado! tenemos su custodia ciertamente y la podemos perder cuando no hacemos nuestra labor adecuadamente; el Estado tan sólo es el protector para que no se violen los derechos de los hijos o de los cónyuges.

La familia no se rige como se rige un gobierno; en la familia no cabe un “sistema democrático” que permita por ejemplo elegir a los padres o a los hijos como si de candidatos se tratara.

El Estado ha intervenido desde siempre para legislar en su favor y ahora hay iniciativas que van en sentido contrario, por ello tantos padres de familia estamos levantando la voz, porque quienes conocemos nuestros derechos estamos percibiendo amenazas y no podemos permitir que quiera regir las relaciones familiares como si de una dependencia de gobierno se tratara.

Son bienvenidas todas las políticas públicas orientadas a mejorar la dinámica familiar, pero aquellas en donde se desdeñe la autoridad o la responsabilidad de los padres no.

Si la Convención de los Derechos del Niño ha reconocido a la familia como el medio natural de crecimiento y bienestar de todos sus miembros ¿por qué ese empeño en atacar y destruir al cimiento de la sociedad?

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