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Se denomina primera infancia a la etapa de desarrollo que va desde los 0 hasta los 6 años de vida; en estos primeros años es de suma importancia velar por la salud de nuestros pequeños, ya que es en esta fase cuando el cerebro va definiendo su arquitectura, se van programando los procesos metabólicos que traen implicaciones de largo alcance, se desarrollan también las habilidades lingüísticas, motoras, cognitivas y socio emocionales que serán definitorias para el resto de la vida.

Pese a la importancia que esta fase conlleva en el desarrollo de nuestros pequeños ciudadanos, vemos con alarma que la atención a los niños desde esta etapa temprana no está presente de manera explícita en las políticas públicas de los distintos órdenes de gobierno, si bien se busca erradicar los problemas nacionales que aquejan a los mexicanos, no se están llevando a cabo acciones preventivas dirigidas a la primera infancia.

Si nos damos un ligero chapuzón por las cifras que nos aquejan en Yucatán, tenemos que el 52.8% de los menores de 0 a 17 años viven en la pobreza, de cada 1000 bebés nacidos vivos, 13.3 mueren antes de cumplir un año; que a pesar de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de que se amamante a los bebés por 6 meses de forma exclusiva, tan solo el 34.7% de los menores de 6 meses recibe leche materna; el 15.8% de los pequeños menores de 5 años padece desnutrición crónica; y casi el 21.8% en ese rango de edad padecen anemia.

En cuanto a la cobertura en salud, solo el 61.4% de los niños y niñas de 0 a 4 años cuentan con esquema de vacunación y el 17% queda fuera de las instancias de salud por no ser derechohabiente.

Si hablamos de discapacidad, casi 20.2% de los niños de 3 a 4 años con discapacidad no cuentan con acceso a servicios de salud, y el 17.2% de los menores de 6 años están con un desarrollo muy por debajo de su rango etario.

Si a la educación nos referimos, el 23.9% no asiste a preescolar y si estos menores presentan una discapacidad la cifra se eleva a 63.9% de los niños que no asisten a la escuela entre los 3 a 4 años.

Penosamente vemos que el 62.3% de los niños de 0 a 5 años experimentan métodos violentos de disciplina.

Es porque la evidencia científica demuestra que cuando se invierte en el desarrollo de los niños y niñas durante la primera infancia, se genera un mayor retorno social y económico que incide en la productividad, la salud y en la formación de las futuras generaciones y ello conlleva a un mejor aprovechamiento escolar, potencia el aprendizaje, por ende tendrán a la larga mayor productividad, mejores ingresos, disminución de enfermedades crónicas así como menor desigualdad y pobreza y menor propensión a conductas de riesgo o criminales.

¿Qué pretende el Pacto por la Primera Infancia? Establecer un compromiso público entre el próximo presidente de México, la sociedad civil, las empresas y la academia para hacer de esta etapa una prioridad nacional, que permita de manera muy concreta mejorar los indicadores relacionados con los derechos de los niños y niñas de 0 a 6 años.

300 organizaciones de la sociedad civil, empresas y fundaciones empresariales hemos dado nuestro sí para coadyuvar a que sea una realidad.
En la siguiente entrega iremos desmenuzando cada uno de los 10 compromisos para lograrlo. 

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