La vida amenazada POR Presiones internacionales

Es increíble la forma en la que se está presionando a los países latinoamericanos para que el aborto sea concebido como un derecho de las mujeres.

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Es increíble la forma en la que se está presionando a los países latinoamericanos para que el aborto sea concebido como un derecho de las mujeres.

Llama mucho la atención esta franca embestida, ya que por tradición los países latinos desde siempre hemos valorado y respetado la vida humana, y aun cuando en algunas constituciones –como el caso de México– no estuviera expresa la garantía de respetar la vida desde su inicio en la fecundación, sí se cuenta con un instrumento internacional que han firmado los países y que comúnmente se le conoce como el Pacto de San José, en donde en forma clara el artículo 4º establece el respeto a la vida humana desde la concepción y hasta la muerte natural.

Si el común denominador de las personas respetan la vida, ven con malos ojos la pena de muerte y se oponen a quitarles la vida a los bebés en gestación, ¿cómo es posible que el ataque feroz provenga de quienes deben velar por este derecho primigenio?

En la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA), en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en el Tribunal Superior de Justicia de la Nación (TSJN), en los congresos federales y estatales se están llevando a cabo acciones que chocan con lo que la sociedad necesita, presionando desde esferas internacionales, pasando por las cortes internacionales y nacionales para cambiar en la legislación lo que siempre ha sido un delito –el aborto– valiéndose de falacias para que cambie la percepción y se le empiece a mirar como derecho.

¿Acaso puede ser posible que los delitos se conviertan en derechos? ¿Podría el ladrón solicitar que su delito de robo se empiece a considerar como un derecho por el solo hecho de que pasa hambre? Y miren que en nuestro país una amplia mayoría podría estar en esta situación, y por supuesto que sería un absurdo.

Sabemos que hay muchos problemas de fondo, pero en lo particular cuando hemos tratado a la principal afectada de la situación, es decir, la mujer que se enfrenta a un embarazo inesperado, hemos visto que antes que deshacerse de su bebé quisiera contar con ayuda que le permita sacar adelante dicho embarazo.

La mujer que ha tomado la decisión de abortar llevada por la propaganda que le dice que es la solución, muy probablemente lamentará el resto de su vida esa acción, y sin ánimo de juzgar, entendemos que cuando una se siente completamente sola, indefensa, rechazada, abandonada, sin recursos y cualesquiera otra situación vulnerable, se pueden tomar infortunadas decisiones.

Viendo todo esto habría que preguntarse ¿quién gana y qué se gana con esta imposición?, ¿por qué se está pasando por encima de todo el mundo para imponer esta política?

Hay que visibilizar que detrás del lobby abortista que presiona a los países internacionalmente se mueve mucho dinero, son muchos los que tienen intereses en ello. Una muestra resultó el escándalo de Planned Parenthood que desveló la industria detrás del aborto, incluida la venta de los bebés abortados; y también está la industria farmacéutica que también gana con la política abortista, pues entre preservativos, anticonceptivos, pastillas del día siguiente y pruebas de embarazo, se maneja una cantidad de productos que gratis no son.

Mantener una población con menor crecimiento puede ser otro interés para los gobiernos que pretenden controlar, y la instalación de ideologías ha sido la estrategia más viable.

No se agota el tema, vamos a seguir reflexionando sobre esto en las próximas semanas.

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