El idioma español, aparte su belleza, su compleja estructura y su capacidad como vehículo de creación artística y científica, es una potencia económica mundial de primer orden, no solo por el número de quienes lo hablamos (más de 500 millones de personas), sino por el volumen de riqueza que genera y que, según cifras del Banco Mundial, representa más del 9% del Producto Interno Bruto global, calculado en 48.5 billones (millones de millones) de dólares en 2006 por esa institución.

No se si le impresione la cifra, pero tengo que citarla para destacar la importancia económica del español en el mundo y, desde luego, la urgente necesidad que tenemos los hispanohablantes de mantener nuestra lengua y hacerla crecer rozagante, bella… y millonaria: del PIB mundial en 2006, los que nos expresamos en el idioma de los dioses en este lado y en el otro del charco produjimos 4.5 billones (9.2% del total).

El Instituto Cervantes, citado por el portal BBC Mundo, augura que, para 2030, el 7.5% de la población mundial se comunicará en español y que tres generaciones adelante lo hará el 10%. Hoy, el español es la segunda lengua de comunicación internacional y Norteamérica (México, Estados Unidos y Canadá) y España suman el 78% del poder de compra de los hispanohablantes. Ese poder de compra de los hispanos en Estados Unidos es desde 2007 el más alto entre los grupos minoritarios, superando inclusive al de quienes en ese país denominan afroamericanos, que ya son también la segunda minoría detrás de aquéllos.

Según datos del Selig Center for Economic Growth, la aportación hispana al PIB estadunidense en 2006 fue de 789,000 millones de dólares (5.9% del total), cálculo que se considera conservador ya que, de acuerdo con Juan Carlos Jiménez, coautor del libro Valor económico del español (Editorial Ariel, 2012), quien incluye a los 10 millones de inmigrantes indocumentados que ese año había en Estados Unidos, la cifra llega a 1.031,000 millones de dólares y se eleva al 7.7% del PIB.

El estudio El peso económico del español señala: “La lengua como soporte de la comunicación y la creación es un elemento central del sector cultural, que ha cobrado una gran importancia en la economía internacional con el crecimiento de las industrias culturales: la literatura, el teatro, el cine, la música, los medios de comunicación, la producción científica e intelectual y la educación”.

También afirma que la lengua es “un componente esencial del capital humano y social de una comunidad” y que se calcula que aporta hasta el 15% del PIB de un Estado.

Ya habrá más Platos de lengua sobre este tema.