Premian la deslealtad

Bueno, pues ya se acabó la euforia de la fiesta de la carne, donde la gente dio rienda suelta a sus pasiones y salieron todas, incluso las ocultas.

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Bueno, pues ya se acabó la euforia de la fiesta de la carne, donde la gente dio rienda suelta a sus pasiones y salieron todas, incluso las ocultas; lo que es una realidad es que el carnaval de Mérida cada vez se va apagando más, y por el contrario la festividad en Progreso va creciendo de manera rauda y la gente prefiere la atmósfera que da la orilla del mar a las ramas de los montes aledaños a la feria de Xmatkuil para todos los que veneran al rey momo. Si el alcalde de Progreso tuviera un poco más de visión y conocimiento podría hacer del carnaval de ese puerto el más visitado de Yucatán, pero ¿cómo le pides peras al olmo? Si problemas más simples no puede resolver, menos podría crear propuestas de un tema más complejo como es el carnaval, donde entran muchas circunstancias alternas, como el gran negocio que se realiza con las cerveceras y demás danza de millones que sólo pasan y pocos conocen su destino.

Pero mientras tanto, los que sí deben de estar disfrutando sus ganancias son todos los venteros de flores y demás artículos propios del día de San Valentín, día del amor y la amistad, o día de hacer el amor con tu amistad, aunque los muy católicos no pudieron triunfar porque no se podía comer carne, jejeje. Pero sigamos festejando el amor y la amistad.

Y hablando de amistad, hay algo que le da un valor más estrecho a la amistad y es la LEALTAD, palabra que se escribe en mayúsculas y como tal se debería de respetar, pero tal parece que son pocos los políticos que conocen el significado y, más aún, la llevan al cabo, porque siempre los partidos le piden lealtad a sus partidarios, pero se dice que lealtad con lealtad se paga. ¿Realmente los partidos pagan con la misma lealtad a sus seguidores?, porque tal parece lo contrario; es muy común ver cómo hay mucha gente que está de chapulín, brincando de un lado a otro y sirviendo a dos colores y el partido los sigue cobijando, y, lo más grave, aquellos que no dejan de atacar al partido y hablar pestes de los gobernadores, presidentes o diputados emanados del partido, y todavía los premian. O sea, ¿el mensaje es atácame y te premiaré? Seguro mi amigo el perifoquero señor Gómez me va a decir: Mare Dzereco, estás muy filoso, jajaja, y la neta sí, masino.

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