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A pesar de la intención de Margarita Zavala, sin partido, de no perder más tiempo para hacer proselitismo, las campañas presidenciales arrancaron ayer domingo 1 de abril, sea por respeto a los tiempos litúrgicos, como anunció Pepe Meade, de la coalición PRI-PEVEM-Nueva Alianza, por cuestiones de logística o de simple conveniencia.

Así, la única candidata que decidió iniciar en la Ciudad de México fue Margarita Zavala; Ricardo Anaya, por la alianza PAN-PRD MC, prefirió comenzar en Guanajuato; Andrés Manuel López Obrador, de Morena-PT-PES, designó Chihuahua; Pepe Meade escogió para su apertura a Mérida.

No es difícil imaginar las razones que tuvo cada uno para honrar a las entidades de su predilección: las de Margarita pudieron tener que ver con que la Ciudad de México, además de ser el centro de los poderes políticos, también es la sede de la empresas que constituyen el llamado cuarto poder.

Ricardo Anaya, escarmentado tal vez por la pésima recepción que tuvo en su natal Querétaro en la etapa inicial, se decidió por Guanajuato, bastión indiscutible del PAN y lugar de origen del primer presidente panista Vicente Fox, buscando tal vez emularlo, en vista del feroz enfrentamiento que sostuvo con Calderón, del mismo partido.

Las razones de Andrés Manuel, aunque un tanto contradictorias, dan cuenta de que en su tercera campaña privilegiará las regiones donde su mensaje no tiene suficiente aceptación y su partido carece de una fuerte estructura electoral, pero donde, a cambio, cuenta con el apoyo de la estructura gubernamental, como es el caso de Chihuahua, con Javier Corral que, a pesar de ser panista, rompió públicamente con Anaya con motivo de la repartición de candidaturas plurinominales. Está claro que intentará convencer a la pragmática población norteña con propuestas de carácter populista como la exención de impuestos para los estados fronterizos.

Pepe Meade se decidió por Yucatán, más que por la pronunciación de la abreviatura con que se conoce internacionalmente su ciudad capital (Mid) y que coincide con la de su apellido, porque prefiere comenzar en el Estado gobernado por el PRI que cuenta con la autoridad mejor calificada del país por la ciudadanía. Que cuenta con una población que, por características históricas, se ha forjado en el respeto a la vida y a las prácticas democráticas; que rechaza la diatriba, el vituperio y la mentira y que privilegia la discusión política de altura para decidir libremente su voto, con base en las propuestas y la formación de los candidatos.

Además, Pepe Meade escogió Mérida porque sabe que para terminar bien hay comenzar bien, y aquí se celebrará el tercer debate presidencial, que seguramente ganará.

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