Estimado lector, ¿cuántas veces hemos juzgado un libro por su portada, sin darnos la oportunidad de explorar sus páginas, de vivir sus historias, de aprender de él, de ser parte de él? En ocasiones somos víctimas del prejuicio, de una falsa percepción, pero el paso de los años nos hace darnos cuenta de lo equivocados que estábamos; es por eso que te invito a no dejarnos llevar por las apariencias, por el pasado o por la situación en la que se encuentran ciertas personas, ya que es así como nos podemos llevar las más gratas sorpresas, de las cuales sin duda no nos vamos a arrepentir.

Lamentablemente esa ha sido la constante en el ser humano a lo largo de su historia, sin importar raza, cultura y tiempo, pero te invito a cambiar esa forma de pensar; seamos tolerantes, más perceptivos; urge ser mejores ciudadanos que hagan que este sentimiento cambie para ser una sociedad más unida. Sé que es un sueño utópico, pero este mundo es de los soñadores y quiero soñar que algún día pasará, tal vez no nos toque ni a ti ni a mí, pero si hacemos esto habremos puesto nuestro granito de arena para lograrlo.

Hoy no te voy a hablar de una historia en especial, no quiero compartirte un solo ejemplo de casos e historias en donde este panorama ocurre, pero, nomás por mencionar algunas personas, te puedo hablar de un joven que se dedica a plasmar su arte en las paredes a través del grafiti, otro que compone canciones de rap en maya y hasta un padre de familia que se dedica al servicio de transporte y que devolvió a su dueño sus pertenencias que daba por perdidas.

Así puedo seguir, pero no es el caso, lo importante es hacer la invitación para ser más tolerantes; no creo que nos guste ser juzgados. Bien dice el dicho: “No hagas lo que no quieras que te hagan”. Que tengan un excelente día y no te olvides de sonreír que para eso venimos al mundo.