Siempre que veo las redes sociales comienzo por Twitter, luego Big Fish y Facebook e Instagram (IG). La semana pasada en mi tour por social media me percaté de que la moda es estar extremadamente delgada; es decir, hasta que se te marquen los huesitos. Para mí es abrumador, realmente preocupante, si los adolescentes son quienes siguen a las celebridades esqueléticas.

Entre los favoritos del público adolescente me encontré con el IG de: Michelle Salas, Gigi Hadid, Kendall Jenner, Ariana Grande y Miley Cyrus; entre los hombres, Mario Bautista, Justin Bieber, Harry Styles y otros.

¿Quién no quiere verse como su artista favorito? Lo idóneo sería, sin embargo, que visiten a un nutriólogo, mejoren su hábito alimenticio, hagan ejercicio por lo menos 30 minutos al día, lean más, etc. Pero, sin querer, el joven en compañía de su conducta compulsiva le abre la puerta a los trastornos alimenticios, que despiertan ante el querer llegar al peso ideal, y celebra la disminución de tallas mientras pierde progresivamente la percepción de su realidad.

Cada año, en el país, se registran cerca de 20 mil casos de anorexia y bulimia, siendo la población más afectada entre 15 y 19 años de edad, informa la Secretaría de Salud.

Los ayunos, el rechazo a la ingesta de alimentos y pérdida de autoestima comienzan a adentrarse en la vida, provocando en él/ella no tomar en cuenta las consecuencias negativas; es decir, alteraciones como la desnutrición, la anemia, pérdida de calcificación en los huesos. Es fundamental identificarlo, ya que, de no ser atendido a tiempo, puede llevar a la muerte.

Recordarán el caso de Karen Carpenter, baterista y cantante del grupo The Carpenters: la anorexia le arrebató la vida a la edad de 32 años, aun cuando desde los 13 años se había adueñado de ella; otro caso, la actriz mexicana Karla Álvarez, quien fallece a los 41 años a causa de un paro cardiorrespiratorio ligado a la anorexia y la bulimia.

Identifícalo a tiempo y pide ayuda.