La justicia social

En México, se han logrado cambios, pero sin considerar al ser humano como eje central.

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El derecho social es un elemento básico para enfrentarse a las desigualdades sociales y su fin está encaminado a lograr el bienestar de las personas y de los pueblos. Lograr este fin nos llevaría a la llamada justicia social.

Para ello, es necesario abrir brechas, de forma permanente, que permitan a las personas lograr un mayor desarrollo, independientemente de las circunstancias sociales, económicas y territoriales en que las que han nacido. Es decir, generar políticas públicas y equilibrar factores para que los seres humanos sean menos desiguales y en consecuencia puedan tener una “movilidad social”, es decir, pasar a un mejor estadio de vida y lograr sus metas individuales y colectivas.

La pobreza no es buena para nadie, incluso para los más ricos que, según un informe Oxfam, organismo no gubernamental internacional, son sólo el 1% de la población en México y concentran el 21% de los ingresos totales de la nación.

La pobreza no sólo limita el acceso de la población a los benefactores básicos: educación, salud, vivienda digna, etc., sino que también tiene consecuencias en la toma de decisiones de las personas, como apunta Luis Angel Monroy en el artículo “La pobreza y sus efectos sobre las decisiones de las personas”, publicado en Nexos.

Las personas en situación de pobreza toman todas sus decisiones en un contexto de escasez” y si bien en general todos podemos vivir una situación de escasez, tenemos la capacidad de hacer ajustes, en cambio, las personas en pobreza no tienen esa opción para ajustar necesidades básicas como la de comer o comprar medicinas para un hijo enfermo. Esto distorsiona la visión que tienen de la realidad y genera un sesgo cognitivo que los hunde más en la pobreza, sin que puedan controlarlo voluntariamente.

Sin embargo, la desigualdad mundial prevalece en detrimento de los más pobres. El informe de Oxfam señala que ocho personas (ocho hombres en realidad) poseen la misma riqueza que 3 mil 600 millones de personas (la mitad de la humanidad).

Otro Informe, el de Índice de Desarrollo Humano México 2016 de la ONU, apunta que para ampliar el desarrollo humano se requiere un avance en bienestar que permita disminuir la desigualdad en dimensiones básicas del desarrollo como la salud, la educación y el ingreso, pero que México no ha estado dando todos los pasos necesarios para lograrlo. O bien se han generado cambios, pero sin considerar al ser humano como el centro de éstos.

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