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El escándalo de Cambridge Analytica está siendo noticia ahora, pero la realidad es que su forma de conseguir votos en la campaña estadunidense de 2016, a través del análisis de información y comportamiento de los usuarios de las redes sociales, particularmente a través de Facebook, ya tenía historia.

Desde su aparición hace 14 años, Facebook se ha consolidado, ante la ingenuidad de la mayoría de sus usuarios, en un receptáculo de datos usado en el llamado “microtargeting”, que permite la predicción de posibles consumidores a través del análisis de gustos, ubicación y otros datos personales y acciones como dar “Me Gusta” y que la gente publica en estas redes. Oro molido.

Sin embargo, la “magia” de Cambridge Analytica fue innovadora al predecir votos con base en “los cinco grandes perfiles psicográficos” de los votantes estadunidenses basados en rasgos dominantes: apertura, conciencia, extraversión, amabilidad y neuroticismo para elaborar mensajes con base en “prejuicios inconscientes”, lo cual reforzaba con la creación de sitios falsos, con direcciones IP de diversos países y esquemas que las hacían parecer “fuentes creíbles”, enfocadas en denostar a la candidata rival y crear noticias positivas pero falsas del candidato republicano (las ahora tan famosas fake news).

El “cerebro” de dicha campaña, Ben Parscale, hizo declaraciones públicas sobre el hecho de que tuvieron un apoyo especial de Facebook, pero también de Twitter y Google en sus propias oficinas de campaña.

“Tenían gente empotrada en nuestras oficinas. Eran empleados de Facebook que venían a trabajar a diario a nuestras oficinas”, mientras que “los empleados de Twitter y Google venían varios días por semana”, admitió Parscale en una entrevista en el programa 60 Minutos de CBS en octubre del año pasado y que se reprodujo en varios medios impresos, entre ellos el periódico El País. Ahora se sabe que la empresa “recogió ilegalmente datos de 270 mil usuarios y espió a sus amigos para crear 50 millones de perfiles de voto”.

Lo cierto es que Analytica ya venía haciendo un trabajo similar con el hoy senador de Texas Ted Cruz y el también republicano Ben Carson en Estados Unidos y para la campaña Leave en Reino Unido que logró el triunfo del Brexit en ese país.

El modo de operar de esta empresa está en el ojo del huracán, pero lo que hay detrás es espeluznante si pensamos en la dominancia de mercado y los datos que Google, Facebook y Whats App tienen de nosotros, un monstruo que difícilmente, a estas alturas, pueda ser regulado.

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