Bastaron unas declaraciones del gobernador de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mncera, hace unos meses, sobre “la posible excarcelación de miles de reos beneficiados con el Nuevo Sistema de Justicia Penal” para que se iniciara la construcción y propagación de una “verdad viral” basada en mentiras.

¿Parece contradictorio? Bueno, así se han estado generando mentiras tomadas por “verdades” en un cierto círculo de opinión que se informa en redes sociales y que alcanza proporciones de más destrucción que el huracán Irma, porque a su paso deja una estela de malos entendidos que desorienta a las personas y permea su opinión con ideas falsas o tergiversadas. Muy recomendable la sección “Noticias Falsas” del Huffington Post para tomar conciencia de este grave problema.

Lo que parece que Mancera buscaba como presidente de la Comisión Nacional de Gobernadores (Conago) era “preparar terreno” para ganar simpatía en la opinión pública respecto de una propuesta de “mejoras operativas” (lo que esto quiera decir) sobre el sistema penal
La realidad es que un criterio reciente de la Suprema Corte permite que las personas que aún están bajo proceso, pero con medida cautelar de prisión preventiva, pueden solicitar al juez pasarlo en libertad, cosa muy diferente a lo declarado por Mancera, quien es abogado y fue procurador. Ni todos saldrán, ni será automático, ya que cada caso llevará un proceso y las medidas cautelares no pueden ser iguales para todos.

Vale este ejemplo de desinformación para hacer algunas aclaraciones. La imposición de medidas cautelares no es a gusto de los medios de comunicación, ni del imputado, ni de la víctima, ni de los jueces, ni de políticos en campaña, ni de los comentarios anónimos en redes sociales.

Son los fiscales quienes solicitan las medidas cautelares para cualquier delito. Pero están obligados, por ley, a justificar ante el juez si el procesado amerita pasar su proceso en prisión, atendiendo a lo establecido en la Constitución: que se corra riesgo de que obstaculice la investigación, que haya peligro de fuga o para la víctima.

Si bien sólo los crímenes de delincuencia organizada, homicidio doloso, violación, secuestro, trata de personas, los cometidos con medios violentos como armas y explosivos, así como los graves contra la seguridad de la nación, el libre desarrollo de la personalidad y la salud merecen “automáticamente” prisión preventiva, los fiscales pueden comprobar que, aunque una persona no sea procesada por esos delitos, amerita prisión preventiva.