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Una cascada de estudiantes está de vuelta a los salones de clase, y a partir del seis de agosto inundan los corredores de la Uady, adormilada solo en apariencia, pues durante el periodo vacacional algunos proyectos fueron prorrogados para tratar de alcanzar sus metas. Es cierto, el arribo estudiantil a su espacio natural, a su casa por excelencia, ha venido a quebrar el silencio reinante en los campus y facultades durante los extensos días de recreo. Sin embargo, quienes a lo largo de varias décadas hemos podido contrastar la ausencia juvenil por vacaciones u otras causas con su presencia vivaz y bulliciosa en días de clase, en conferencias y asambleas, convenimos en decir que sin alumnos las universidades son lo más parecido a un campo infértil. Para ilustrar el valor de la presencia estudiantil en la máxima casa de estudios, bien cabe repasar aquel párrafo inmortalizado por Violeta Parra que cantaba: “Que vivan los estudiantes, jardín de las alegrías. Son aves que no se asustan de animal ni policía, y no le asustan las balas ni el ladrar de la jauría...”.

De cualquier manera, en lo personal guardo recuerdos gratos de los callados veranos de la Uady, porque en ellos se acostumbraba reparar las sillas de madera o pintar los respaldos y paletas, mientras algunos investigadores afanosos, aprovechando los días de asueto, remataban la redacción de un libro o algún artículo pendiente. De súbito, movidos quizás por el tamaño de las facultades y otras dependencias que han ido creciendo, los espacios se transformaron en lugares más impersonales, y se comenzó a solicitar autorización para ingresar a los recintos universitarios, e incluso notificar a los veladores que abandonaríamos el área. Desde esos lejanos ayeres, los directivos acostumbran reunirse y hacer planes y programas para impulsar avances en la Universidad. Este verano no fue la excepción, ya que, según se sabe, se dio paso a la concreción de dos carreras en línea, las licenciaturas en Gestión Pública y Educación, cuyo impacto será significativo en el aumento de la matrícula y trazará una ruta que precisa transitar nuestra Universidad para ampliar la cobertura educativa. Otra noticia valiosa, surgida en el intervalo veraniego, tiene que ver con el hecho de que, durante la VIII edición de la Filey 2019, la invitada de honor será la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) que, a través de su rector Rogelio Garza Rivera, agradeció el gesto cordial del rector de la UADY, José Jesús Williams. Los estudiantes, sin vacilaciones, no permitirán que domine la rutina, como demuestran desde su primer arribo a su Universidad.

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