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¡Fue un exquisito banquete!, afirma La columna Viernes Cultural. El Transcriptor repara en el dicho y piensa que su querida de los viernes, a lo mejor, es candidata a ser la primera interna del nuevo Hospital Psiquiátrico, en la versión del modelo hidalgo.

¿Cuál banquete? El segundo fue más bien insípido, hasta Jorge Carlos Ramírez Marín dijo que “le faltó un poquito de picante”, así resumió la opinión social mayoritaria.
No, yo hablo de la comida, antes del segundo. Hum, lomitos de Valladolid, longaniza asada, cochinita pibil, carne ahumada de Temozón, sopa de lima, relleno negro, castacán, pipián, y dulce de papaya con queso de bola, yuca con miel, hum; no te hagas, si hasta manchaste tu guayabera.

Bueno, en eso tienes razón, estaba deliciosa la comida vallisoletana.

Luego, cuando empezó el segundo, tú, erotómano de mi vida, roncaste plácidamente, por lo aburrido que te pareció.

Sí, después de que el blanquiazul dijo que ahorraría mil millones de pesos de gasto corriente quedé somnoliento, ni manera.
Desperté abruptamente cuando dijo también que elevaría a rango de secretaría de gobierno el instituto para la equidad de género o era para la igualdad entre mujeres y hombres, no recuerdo.

¡¿Qué?! Un ejército a la vista: altos funcionarios, medianos y bajos, ayudantes, subsecretarios y directores, jefes de departamento, secretarias, auxiliares, estafetas, choferes, carga portafolios, chalanes, y un largo y burocrático etcétera.
Adiós mil millones de pesos…

De nada… Saludos…

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