El género en la lengua maya

En la gramática de lengua maya no existe marca de género; es decir, no tiene masculino y femenino, como el español que divide entre estos dos géneros.

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En la gramática de lengua maya no existe marca de género; es decir, no tiene masculino y femenino, como el español que divide entre estos dos géneros. Palabras como casa, piedra, cabeza, papaya, y chachalaca son femeninas, pero, en la maya, sus equivalentes naj, tuunich, pool, puut y baach son completamente neutrales. De ahí que algunos maya hablantes, al hablar español, empleen arbitrariamente el artículo para referirse a los géneros: el combi; el casa, un bicicleta, un mano.

Esta arbitrariedad se presenta también al asignar el género a las voces prestadas de la lengua maya o, en su defecto, se asigna en función del género dado en español como: un weech (un armadillo); un turix (una libélula); una xmajaná (mariposa negra); un soots’ (murciélago); un/a chiwó (tarántula); el k’au (grajo o zanate); una och-kaan (boa, culebra ratonera), los sayes (las hormigas arrieras), un chimés (ciempiés), etc.

Como en casi todas las lenguas, en la maya existen distintas palabras para referirse al sexo de personas o animales: kiik/hermana, suku’un/hermano, ilib/nuera, atan/esposa, íicham/esposo, kaax/gallina, t’eel/gallo, xtuux/pava, tso’/pavo) que hablan claramente de una persona o animal con género.

Pero también existen infinidad de voces y expresiones neutras, sin marca de género: términos de parentesco como íits’in (hermano/a menor), t’uup (hijo/a menor), paal (hijo/a, niño/a); oficios, cargos y profesiones tales como póol che’ (carpintero); pul-yaj (hechicero/a); ts’aak yaj (curandero); o kanan paal (niñero/a).

Si se quiere distinguir el género, se antepone el morfema unido al nombre, aj(j) para el masculino e ix(x) para el femenino: jpóol-che’ (carpintero), jmeen (oficiante o ‘sacerdote’ maya), jpay-wakax (torero), xpul-ya’aj (hechicera), xkon nook’ (vendedora de ropa).

Ahora bien, cuando se pluraliza se usa invariablemente la forma neutral, es decir, para ambos géneros: in wíits’ino’ob (mis hermanos/as), paalale’ex ¿bix a beele’ex? (niños/as ¿cómo están?), ka’anbesajo’ob (profesores/as), tuláaklo’on (todos/as nosotros/as); ¿jaytúul paalal yaan tech? (¿cuántos hijos/as tienes?), y nadie se siente excluido, porque el género masculino es indiferente al sexo.

En la lengua maya, los pronombres leti’ o letio’ob significan indistintamente él/ella y ellos/ellas: Letio’obe’ tun bino’ob maan (Ellos/as están yendo de compras); Leti’e’ sáansamal ku káaltal (Él/ella se embriaga todos los días) y será el contexto el que determine el género.

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