Cómo afrontar la enfermedad y el sufrimiento en la vejez

Para no quedar atrapados en sus redes, requerimos una buena dosis de espiritualidad.

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Enfrentar la enfermedad y el sufrimiento es uno de los tres grandes desafíos del envejecimiento humano. (SIPSE)
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SIPSE.com
MÉRIDA, Yuc.- Platicando con los abuelos comentábamos que hay que estar muy atentos ya que, de manera especial en la vejez, la enfermedad y el sufrimiento, desafían nuestro deseo y capacidad de ser feliz. Tratan de convencernos de que es tonto, más aún, imposible siquiera pensar en la felicidad en la vejez. 

Enfrentar la enfermedad y el sufrimiento es uno de los tres grandes desafíos del envejecimiento humano que, para no quedar atrapados en sus redes, requerimos una buena dosis de espiritualidad.

Actualmente existe consenso en las diversas corrientes de la psicología humanística, en cuanto a que todo proceso de crecimiento y de maduración humanas pasa, necesariamente, por la experiencia del sufrimiento y pretender evadirlo o negarlo es una actitud soberbia e inútil.

Ahora, ¿qué ocurre en nuestra vida cuando pretendemos evadir o negar la enfermedad y el sufrimiento?

No sólo no logramos alejarlos de nuestra vida, sino más bien los perpetuamos, los hacemos más fuertes.

Al pretender ignorar el sufrimiento, sea físico o espiritual, se activa un mecanismo psicológico inconsciente que Freud llamaba ‘fijación al trauma’ lo que hace acentuar el sufrimiento,  fortalecerlo y volverlo recurrente, provocando un estado de neurosis.

En cambio, al asumir y enfrentar el sufrimiento podemos:

  • Diluirlo e integrarlo a nuestra mente y a nuestro cuerpo; es decir, toda la energía negativa que de hecho encierran la enfermedad el sufrimiento, en la medida que lo asumimos y enfrentamos, se va transformando en energía positiva, de tal forma que podemos utilizarla a nuestro favor. Energía positiva que, en muchos casos ha resultado poderosamente curativa.
  • Trascender los límites y cambiar las condiciones de vida que pretende imponernos el sufrimiento. Para esto hay que tomar la difícil decisión de soltar el sufrimiento que por una parte significa dejarlo ser y, por la otra, dejarlo ir, es decir, no pretender retenerlo. Trascender el sufrimiento, es pues, quitarle el poder que nosotros mismos le damos al pretender convencernos que el sufrimiento anula por completo nuestra capacidad ser felices.

En conclusión, es muy importante que cuando experimentemos la enfermedad y el sufrimiento, descubramos que nos pueden ayudar a centrar la atención, cada vez mejor, en nuestra dimensión espiritual y ayudarnos a pasar de lo falso a lo auténtico, de lo simplemente superficial a lo que verdaderamente debe importarnos en la vida y que, a pesar de la enfermedad y  el sufrimiento, podemos avanzar por el camino de la verdadera felicidad.

Antonio Alonzo Ruiz, [email protected]. Especialista en psicoestimulación y psicoterapia. Consulta privada: Centro Crehas Mérida 999 340 2321. CEMI, Las Américas 688 2660. crehas.org.

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