Un hombre con tres pasiones

“Si volviera a nacer, volvería a ser médico y me dedicaría nuevamente a la Historia y a las Matemáticas”, señala Renán Góngora Biachi.

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El médico e historiador participó en ocho libros creados por varios autores, entre ellos la Enciclopedia Iberoamericana de Hematología. (Foto: Jorge Acosta/Milenio Novedades)
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Mérida, Yuc.- En etapa de madurez, quizá cercana a un retiro profesional en donde cuenta la experiencia y la satisfacción de la obra realizada que ha quedado atrás, pero con miras a perdurar, el yucateco Renán Góngora Biachi se siente satisfecho por dedicar su vida a sus tres grandes pasiones: la Medicina, la Historia y las Matemáticas.

En el área médica ha ejercido durante 42 años colaborando en proyectos importantes de investigación y fundando un complejo multidisciplinario; además ha cultivado su gusto por escribir ensayos durante medio siglo, todo esto acompañado de las matemáticas, una de sus más grandes placeres.

Con 65 años cumplidos, el reconocido médico, investigador y Cronista de la Ciudad de Valladolid lega un registro de actividades importantes, pero no se conforma, y aún hace proyectos, como potenciar la recién formada Asociación de Historiadores y Cronistas de Yucatán, que preside, y reforzar la promoción del tomo presentado hace unas semanas: “El gran libro de Yucatán”, de Sergio Grosjean, en el cual colaboró.

“Si volviera a nacer, volvería a ser médico y me dedicaría nuevamente a la Historia y a las Matemáticas”, señaló.

Vida

Su madre, nacida en Espita, conoció a su esposo que era originario de Valladolid y de oficio telegrafista; se mudó con su familia a Mérida, donde Renán recibiría toda su formación académica, pero realizando de forma continua una serie de viajes a la tierra de su progenitor, que iniciaron desde su primer año de vida.
“Los fines de semana, las vacaciones y los días feriados, cualquier pretexto era bueno para ir a Valladolid”, afirmó.

La Historia

En este trajinar entre ciudades nace su amor por la Sultana de Oriente, al grado que para el aniversario 450 de esa ciudad publicó un libro de historia sobre Valladolid, segundo ejemplar del tema, solo detrás de “Ciudad Heroica”, de Osvaldo Baqueiro, publicado en conmemoración del 400 aniversario.
En este romance posteriormente publicaría otros cuatro títulos con el mismo tema, lo que le mereció en 2007 ser nombrado Cronista de la Ciudad de Valladolid; más tarde publicó otros dos libros.

Su maestro de secundaria Santiago Herrera Castillo fue quien lo motivó a realizar un ensayo periodístico con estos temas; con este primer texto realizado en 1968, se detonó su gusto por narrar los acontecimientos históricos de la entidad, actividad que lo ha llevado a relacionarse con gente importante de la cultura, como Antonio Canto López y Alfredo Barrera Vázquez.

“Herrera Castillo fue pionero en un modelo moderno de educación, distinto de otras escuelas de la época, parte de lo que fomentaba era la conservación de la historia y la cultura maya, las tradiciones y cantos de Yucatán”, recordó.

Matemáticas

Su afición por esta ciencia formal surgió en la secundaria, ya que soñaba con ella y dedicaba mucho tiempo a pensar en cómo resolver problemas, por lo que en la preparatoria eligió esa área como preparación para la ingeniería.

Gracias al gusto por esta materia ganó el Primer Concurso de Matemáticas convocado por la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), en la que participaron escuelas de educación media superior como la Preparatoria Uno, el Colegio Americano y Educación y Patria, así como el Tecnológico de Mérida y se invitó al Tecnológico de Campeche.

Además de un estímulo económico, parte del premio consistió en un set de libros de la ingeniería que eligiera; todo iba bien, pero durante las vacaciones de Semana Santa, obviamente en Valladolid, durante la cena sostuvo una plática con el joven médico Eduardo Patrón Amador, quien habló tan bien de la Medicina que lo convenció de cambiar de carrera.

Convencido de cambiar de carrera, regresó a la preparatoria, donde concluyó de manera regular sus estudios en el área de matemáticas y de forma paralela en el área de biológicas, como alumno libre.

Al ingresar a la Facultad de Medicina hizo un último esfuerzo por la ciencia numérica y se inscribió de manera simultánea en la carrera de Matemáticas, logrando acreditar en esta solo seis meses. Para su fortuna, este conocimiento adquirido y afición lo han acompañado toda su vida y los ha aplicado de distintas maneras en sus demás prácticas profesionales.

“Diseñé pruebas de coagulación bajo un modelo matemático”, recordó.

Medicina

En el campo de la Medicina fue investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán en el Instituto Hideyo Nuguchi, de 1983 hasta 2007, donde tuvo una relación con médicos y colegas mexicanos, así como de otros países.

En ese centro de investigación incursionó en la investigación de temas que no habían abordado en el mundo, esto como colaborador del grupo pionero que hizo aportaciones importantes a la ciencia como la realización de la primera prueba diagnóstica del Sida en el país.

Este equipo de investigadores fue el primero en describir cómo el padecimiento afectaba el sistema nervioso central y en demostrar que en la población mestiza y maya, donde no hay migración hacia el seno de la comunidad, detectaron mutaciones en células y en su glóbulos rojos y blancos, lo cual les permitía tener resistencia a una gran variedad de infecciones provocadas por el virus del VIH, así como una lenta progresión.

“Los estudios realizados por mi grupo han sido reconocidos en el mundo”, afirmó.

Logros

Su más grande logro ha sido fundar el Centro Médico de Las Américas, un proyecto que nació cuando estudiaba la especialidad en la Ciudad de México; este desafío tuvo que comenzarse a construir desde cero, tras el incumplimiento del apoyo ofrecido por unos empresarios de Monterrey.

“Nos asociamos con el dueño del terreno, vendimos acciones y luego de dos años logramos inaugurar el Centro Médico, que ya cuenta con 34 años y del cual actualmente soy el director”, apuntó.

Sin convencer

Si alguna frustración ha tenido a lo largo de su exitosa trayectoria, es no haber convencido a alguno de sus hijos de que fuera médico, pues de los dos varones, uno es experto en sistemas y el otro empresario del ramo ecológico, la más cercana a su campo fue su hija, una investigadora postdoctorada en Estados Unidos, que trabaja en el área de genética del Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán (CICY).

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