Corrigen visión catastrófica de los mayas

Nuevo descubrimiento en la zona de Hopelchén refuerza la hipótesis de que los mayas no veían el fin del mundo, sino que el tiempo lo concibían en una especie de ciclos.

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El investigador del INAH detalló el salvamento de cinco mascarones mayas del estilo Puuc y Chen en Tohcok, municipio de Hopelchén, Campeche. (Cortesía)
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SIPSE.com
MÉRIDA, Yuc.- Un nuevo hallazgo arqueológico encontrado en el área maya de la Península de Yucatán ha venido a reforzar la idea de que esta antigua civilización concebía al tiempo en ciclos que se renuevan, y desecha las versiones de la predicción de una catástrofe planetaria, aseguró el arqueólogo Antonio Benavides Castillo.

Durante su participación en el coloquio “Los tiempos del Mayab”, el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reveló que el salvamento se realizó a principios de este año en la zona arqueológica de Tohcok en el municipio de Hopelchén, Campeche, en donde se encontraron cinco mascarones del estilo Puuc y Chen.

De estos mascarones, ubicados en la estructura número dos de este antiguo asentamiento maya, brotan flores y de ellas rostros humanos, lo que nos refiere al ciclo de la muerte y el renacimiento, es decir, que en su concepción del tiempo los mayas nunca pensaron en catástrofes que acabaran con la especie humana, explicó.

De acuerdo con un comunicado, Benavides Castillo, quien lleva a cabo trabajos de investigación en el Centro INAH de Campeche, detalló que este hallazgo arqueológico se logró como parte de los trabajos de conservación que se realizan en ese lugar, ubicado a seis kilómetros al poniente de Hopelchén, el cual se encuentra bajo el resguardo de las autoridades de ese municipio campechano.

En el marco del Festival de la Cultura Maya, que este día tuvo su segunda jornada, el investigador participó en la mesa redonda denominada “Albores y consolidación de la civilización maya”, en donde compartió el tema con el antropólogo Guillermo Acosta Ochoa y la arqueóloga Lynneth Lowe.

En su exposición, el arqueólogo del INAH señaló que la civilización maya se desarrolló en muy diversos ambientes naturales, como el terreno cársico de la Península de Yucatán, y que nunca fue un pueblo homogéneo, sino que estuvo integrado por diversos grupos étnicos, lo que se refleja en la diversidad de su idioma.

Existe una variedad de 30 lenguas dentro del maya, las cuales, de acuerdo con las investigaciones, derivaron del conocido Protomaya, que se estima existía desde hace 4,000 años, manifestó.

Por lo que toca a su escritura, el investigador indicó que sólo se ha interpretado el 70% del total de glifos descubiertos, al tiempo que recordó que algunas de sus actividades, como el juego de pelota, tenían connotaciones más ceremoniales que deportivas.

La maya es una cultura viva, que ha experimentado transformaciones a lo largo de su existencia. Por lo tanto el 21 de diciembre finaliza un ciclo dentro de su cuenta larga y no significa ninguna predicción sobre alguna catástrofe planetaria, puntualizó.

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