Cuando las abuelas se convierten en mamás de su nietos
Muchas de ellas no eligieron libremente regresar al escenario de la crianza y la educación, sino que fue impuesto por las circunstancias.
SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Platicando con los abuelos acerca del Día de la Mujer que –por cierto- lo celebramos este domingo, les comentaba que en nuestros días hay una generación de mujeres -entre los 50 y 60 años- que tras de haber terminado de crecer y educar a sus propios hijos están volviendo a ser mamás, ahora de sus nietos. Algunas de tiempo parcial, otras de tiempo -más que- completo.
El asunto se complica al considerar, entre otros, dos elementos:
1º Que esta generación de jóvenes abuelas –en buena parte- no eligió libremente regresar al escenario de la crianza y educación, sino que fueron situaciones de necesidad, en algunos casos muy complejas, las que las orilló a asumir de nuevo esos roles maternos.
2º Además, esta tendencia cada día más generalizada, choca con la idea que emerge con mucha fuerza a finales del S. XX, de que la mujer tiene todo el derecho de irse liberando de las labores domésticas conforme sus hijos crecen y van dejando el nido -idea del todo justa y sana- con la principal finalidad de tener más tiempo para disfrutar en lo que ellas consideren más conveniente y compartirlo con quien ellas decidan hacerlo. Pero, al regresar al escenario de la crianza y educación –ahora por los nietos- dicha liberación se retrasa para ellas, en el mejor de los casos, entre 10 y 15 años y en muchos otros, la liberación llega demasiado tarde.
En este fenómeno -como en toda realidad humana- nos topamos con ventajas y riesgos. Analicemos –brevemente- lo que ocurre al respecto con los tres actores involucrados:
1. Los papás biológicos
a) Ventaja. Pueden trabajar con más libertad y tranquilidad al ser la abuela quien cuida a los hijos.
b) Riesgo. Pretender liberarse de la responsabilidad de acompañar a sus hijos en su proceso de crianza, educación y desarrollo.
2. Los nietos
a) Ventaja. Aprender buenas costumbres y sólidos valores a través del experimentado ejemplo, diálogo y convivencia cotidiana con la abuela.
b) Riesgo. Perder a sus padres biológicos como tales, ya que pueden llegar a verlos más como simples amigos o compañeros que como papás. Además, existe la posibilidad de perder a su abuela como tal, ya que ésta se relaciona con sus nietos más como mamá que como abuela. Recordemos que ‘maternidad’ y ‘abuelidad’ son roles esencialmente distintos.
3. La abuela, mamá adoptiva
a) Ventaja. Convivir cotidianamente con los nietos suele ser para ella una fuente de alegría y de entusiasmo renovado por la vida.
b) Riesgo. Perder el rol de abuela por la necesidad de comportarse como mamá. Cansancio físico y emocional por un exceso de responsabilidades y actividades (extemporáneas) que realiza en la crianza, educación y cuidado de los nietos.
Sugerencias:
Buscar el equilibrio y el bienestar para los tres actores en esta escena tomando en cuenta que:
- Los responsables –humana, moral y legalmente- de criar y educar a los hijos son los papás, no la abuela.
- Son los papás biológicos quienes deben invertir más tiempo y esfuerzo –reales- en el acompañamiento y cercanía con los hijos. La abuela ya lo hizo con sus propios hijos.
- La abuela apoya, no suple a los papás.
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Les mando un abrazo con admiración y afecto a todas esas heroínas que portan con dignidad y orgullo las tres estrellas de toda mujer que es hija, mamá y abuela. Antonio Alonzo. Correo electrónico, [email protected]