Crimen "acecha" a estudiantes de secundaria en Yucatán

Los delincuentes se aprovechan que tres de cada diez jóvenes abandonan la escuela por problemas de conducta o económicos.

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El problema del abandono escolar de jóvenes yucatecos que viven en las nuevas zonas urbanas de Mérida es un reto para las autoridades. (SIPSE)
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Iván Duarte/SIPSE

MÉRIDA, Yuc.- En Yucatán, tres de cada 10 estudiantes de secundaria abandonan la escuela muchas veces no por falta de capacidad, sino por su conducta, debido a que el maestro toma la decisión de reprobarlo “por su mal comportamiento”.

Este problema educativo cobra nueva arista social al impactar en la inseguridad, ya que el crimen está a la “cacería” de esos jóvenes para sumarlos a sus filas.

En días pasados, la Dirección del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) informó que el problema del abandono de las aulas por mala conducta se suma al problema del crecimiento demográfico que se registra en las principales ciudades, entre ellas Mérida.

En consecuencia, advirtió, aparecen “focos rojos”, ya que al no existir la atención de todos los actores involucrados –padres de familia y autoridades–, estos jóvenes sin estudios servirán de “alimento” para nutrir las filas del crimen, que ve una “cantera” en las nuevas zonas de vivienda.

De mantenerse el ritmo de crecimiento poblacional, la capital yucateca enfrentará en los próximos años un nuevo reto educativo: el abandono y deserción escolar en las nuevas zonas urbanas, sobre todo en los límites de la ciudad.

“Las zonas críticas de atención educativa se están trasladando a las periferias de la ciudad, ya no tanto en el interior del Estado”, apuntó.

Esta situación se recrudece porque el “30 por ciento de los estudiantes de secundaria abandona la escuela, no porque sean malos estudiantes, sino porque los reprueban por mala conducta”.

Sobre el tema, Armando Peraza Guzmán, profesor investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), consideró que la nueva configuración territorial, que demanda diversas atenciones, provee en varias ciudades las “fuerzas básicas” de organizaciones delictivas, en especial de jóvenes sin estudios.

El tema educativo es sólo uno de los engranes de infinidad de problemas sociales que este nuevo esquema de asentamientos urbanos traerá, señaló, ya que aparece también el factor económico, que aunque no es decisivo, sí es de fuerte influencia, refirió el magistrado especializado en Justicia para Adolescentes, Santiago Altamirano Escalante.

Aunque se prospecta un crecimiento por toda la periferia, estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) y el Consejo Estatal de Población (Coespo) reflejan “puntos clave” en Mérida.

Otros factores

Ambas dependencias coinciden en que los principales puntos de nuevos asentamientos están en los límites de la ciudad con Conkal, Ucú, Umán y Kanasín, zonas donde se considera puede registrarse una alta deserción escolar, motivada por factores económicos, sociales y educativos.

Y es que, en 20 años, el número de habitantes en Conkal fue de seis mil 430 habitantes en 1990 a nueve mil 143 en 2010; Ucú reportó dos mil 430 a tres mil 469, mientras que Umán pasó de 39 mil 324 a 50 mil 993.

Pero en Kanasín la cifra es de 24 mil 503 en 1990 a 78 mil 709 en 2010, esto sin dejar fuera el crecimiento que también se ha observado en Mérida en ese mismo periodo, al pasar de 556 mil 819 a 830 mil 732.

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