José Salazar/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- La mayor parte de la jornada visten con bata blanca, enfrentan día con día a las enfermedades, brindan consultas, realizan cirugías, es decir, están destinados a una cosa: curar a los enfermos. Pero, ¿qué pasa cuando los médicos dejan de ser los que ayudan y se convierten en pacientes?

8 de cada 10 médicos padecen estrés que deriva en hipertensión, complicaciones cardíacas, alteraciones emocionales y gastritis. Así mismo, se considera que nueve de cada 10 enfermedades que contraen estos profesionistas se relacionadas con su trabajo.

Y es que a los médicos los rodean enfermedades infectocontagiosas, las cuales son llevadas por sus pacientes a los consultorios y áreas de hospitalización.

“Como cualquier ser humano el médico se puede enfermar, sin embargo, a lo que más se encuentra expuesto es a las enfermedades infectocontagiosas como VIH o hepatitis, así como las consecuencias inherentes al estrés que son depresión, enfermedades cardiacas, hipertensión y trastornos digestivos”, opinó Gumersindo Vázquez Castillo, presidente del Colegio de Ginecología y Obstetricia de Yucatán.

Por su parte, Pedro Marín Campos, presidente del Colegio de Médicos de Yucatán, opinó que es de lo más natural que estos profesionistas se enfermen debido a las circunstacias a las que se exponen: 

“Es de destacar que el médico está bajo mucho estrés desde la etapa del internado y eso debilita mucho las defensas, hay compañeros que actualmente están enfermos de dengue, chikungunya y zika (...) Llega un momento en que el estrés nos llega a causar gastritis, problemas intestinales y estomacales, colon irritable, entre otros padecimientos”, comentó.

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Señaló que la mayoría de los médicos se atienden a sí mismos cuando se enferman y que en caso de que no resuelvan su problema de salud, acuden con un compañero especialista.  

No siempre predican con el ejemplo

Por su parte, Jacinto Herrera León, presidente de la correspondencia Península del Colegio Mexicano de Reumatología, afirmó que sin duda los profesionales de la salud son los primeros en realizar recomendaciones a los pacientes para que tengan una vida menos agitada, duerman cuando menos seis horas, coman de forma saludable, etcétera, pero que en la mayoría de los casos poco cumplen con estas recomendaciones. 

“Escuchando esta serie de recomendaciones, el paciente lo primero que piensa es que los doctores cumplen con lo que pregonan, luego entonces por eso no se enferman o se enferman menos, y no hay nada más lejano a la realidad.

La situación es que un médico es un ser humano, lleno de conflictos, que trabaja cuando menos en dos centros de atención, y están sujetos a estrés y presiones como cualquiera de sus pacientes y por supuesto que también tienen dolores de cabeza, contracturas musculares, principalmente en la zona cervical y lumbar; dolores musculo-esqueléticos y problemas de sobrepeso y obesidad por el consumo de comida rápida”, puntualizó. 

Finalmente comentó que fungir como paciente de vez en cuando, les permite a los doctores ponerse en el lugar de las personas que tratan en su día a día y así ser más comprensivos con los sentimientos y las expectativas de quienes reciben sus servicios.