Hay que pensar la demanda

Interponer una demanda contra el IMSS, el Infonavit o el Afore puede traer graves consecuencias.

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En materia del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), sucede que de repente las cosas no son como nosotros pensamos, queremos o creemos que deban de ser.

Por ejemplo, al revisar las semanas cotizadas en el IMSS y ver que no coinciden con las que creemos tener, o al acudir a investigar, la respuesta que nos dan es descortés o no es la que quisiéramos escuchar, ello nos causa una gran rabia y lo primero que pensamos es en “demandar”.

Cuando demandamos encolerizados, no pensamos en opciones ni en consecuencias, pues el coraje que sentimos nos hace creer que tenemos la razón o quizás somos o estamos mal asesorados.

Cuando en la afore o en el Infonavit se traba un trámite o una gestión, de nuevo lo primero que pensamos es en “demandar”. Demandar en sí no es malo y es además un derecho.

Sin embargo, demandar al IMSS, a la afore o al Infonavit, separada o conjuntamente, es una decisión que puede traer consecuencias, a veces graves.

Cuando se demanda a los antes mencionados, por un asunto relacionado con el SAR o pensión, él o los demandados deben de enterar a la Empresa Operadora de la Base de Datos del SAR, más conocida como Procesar, S.A. de C.V., para que marque su cuenta individual por “proceso judicial”.

A las cuentas individuales así marcadas, o por un proceso operativo, no se les podrá quitar la marca, no al menos mientras el proceso -judicial u operativo- no concluya.

Los proceso operativos pueden ser cortos, pero, a veces, pueden extenderse en el tiempo, especialmente cuando se trata de separación de cuentas o corrección de datos personales.

Los procesos judiciales normalmente llevan años y, al término del proceso, la parte demandada aún tiene la prerrogativa del amparo, con lo cual el proceso puede alargarse más de lo pensado y, al final, la resolución puede emitirse en contra de los intereses del demandante.

Es por ello que si va a demandar al IMSS, a la afore o al Infonavit, le invitamos a que mejor lo piense más de dos veces, pondere perfectamente bien su caso antes de emprender cualquier acción, analice opciones administrativas y si la única que le queda es la demanda, asegúrese de tener “los pelos de la burra en la mano”.

Si no es así, es aconsejable tomar las cosas con mayor calma y tratar de entender por qué no son como las quiere o como se las presentan.

Pensarlo más de dos veces le evitará corajes innecesarios, pérdida de tiempo y dinero, o verse inmerso en un proceso del que no tiene la certeza de ganar; dicen que los pleitos ni ganados son buenos.

Tome en cuenta un principio básico: los participantes del SAR no pueden tomar decisiones apartadas del marco legal que los regula, pues, de así hacerlo, sería un acto ilegal y, entonces sí, estarían en problemas.

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