'La Cruzada Nacional contra el Hambre, estrategia fallida'

La diputada Beatriz Zavala denuncia que el programa no ha cumplido su objetivo y tampoco ha podido probar su impacto en las familias pobres.

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A diferencia de Oportunidades, que se aplicaba en los municipios con más altos porcentajes de pobreza extrema, la Cruzada Nacional contra el Hambre se enfoca a grandes ciudades, con alta concentración poblacional y con alta rentabilidad electoral. (Notimex)
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SIPSE.com
MÉRIDA, Yuc.- La Cruzada Nacional contra el Hambre resulta ser una estrategia fallida en cuanto a su propósito de “inclusión productiva”, pues a dos años de iniciar sus operaciones en todo el país no ha logrado cumplir ese objetivo y tampoco ha podido probar su impacto en la mejoría del ingreso de las familias más vulnerables, habrá que ver entonces la raja política que de ese programa conseguirán sus promotores, declaró la Vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Beatriz Zavala Peniche.

"En el 2013 advertimos que ese proyecto representaba un cascarón político que evidenciaba el disfraz de una acción gubernamental que se hizo llamar así misma como un programa, cuando en realidad carecía de reglas de operación claras y transparentes", dijo. "De la noche a la mañana apareció un decreto de creación y una campaña mediática con todo el tinte electorero del que se advirtió desde ese entonces en distintos foros".

Agregó que la cruzada se impulsó en ciudades con la característica de ser electoralmente rentables y que fueron seleccionadas con criterios que contravinieron los del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y ahora ha señalado que el objetivo social del programa “Sin Hambre” no se ha cumplido a dos años de haber sido creado.

"Qué otra haya sido la causa para establecer el programa y no la que se difunde públicamente, bueno está por verse", dijo. "Sería lamentable que se comprobaran las versiones sobre inconsistencias en la aplicación de 845 millones de pesos a través de cinco convenios firmados en 2013 con varias universidades y la Sedesol, que ya se difunde en medios, pues una vez más comprobaríamos que hoy las familias más vulnerables de México se encuentran a la deriva ante una política de desarrollo social que los golpea donde más duele, en sus propios bolsillos".

Año electoral

Agregó que incluso la Auditoría Superior de la Federación ha señalado serias dudas respecto del primer año de ejercicio de ese programa. No hay que pensarle mucho para imaginar lo que la ASF hallará en el segundo año y lo que habrá de encontrar cuando revise el 2015 que es un año electoral. Por eso hemos insistido en que esa dependencia tenga facultades para revisar el antes, el durante y el después porque ya estamos cansados de que, como decimos en Yucatán, ahogado el niño se quiera tapar el pozo".

Zavala Peniche recordó que la única novedad que había planteado el gobierno federal en esta Cruzada fue un cambio de enfoque en la aplicación los programas sociales como Oportunidades, ya que en lugar de asignarlos a municipios con más altos porcentajes de pobreza extrema se enfocaron a grandes ciudades, con alta concentración poblacional y con alta rentabilidad electoral.

Agregó que bajo el argumento de romper el “círculo intergeneracional de pobreza”, el gobierno federal fue construyendo el mito de la “inclusión productiva” en zonas rurales y urbanas que prometería a los beneficiarios del programa Oportunidades –hoy llamado Prospera- incorporarse al empleo y a la formalidad.

"Ahora no han logrado ni lo uno ni lo otro. Sin embargo, intentaron desacreditar un programa Oportunidades que es ejemplo internacional de combate a la pobreza en el mundo que ya incluía esquemas de corresponsabilidad social de la población, pues los recursos económicos de Oportunidades se entregaban a las jefas de familia que también hacían su parte para asegurar que sus hijos fueran incluidos en programas de nutrición infantil, educación y salud", expresó.

Apuntó que, de acuerdo con un diagnóstico de Coneval, en 400 municipios incluidos en la Cruzada, el programa Prospera asiste apenas a 28 por ciento de la población con carencia alimentaria, y casi la mitad de la cobertura, 45 por ciento, se otorga a pobladores que se encuentran en pobreza moderada y que no padecen hambre. Una enorme contradicción.

La diputada federal explicó que causa alarma que el propio organismo, Coneval haya señalado que con este plan será difícil ver mejoras de ingreso en las familias más pobres si no se diseñan sistemas integrales de participación en los programas productivos dispersos en varias secretarías y si esas acciones no incluyen en la práctica a las familias beneficiarias.

Los indicios permiten asegurar que, para los objetivos que se planteó públicamente, el programa es un rotundo fracaso, pero para el objetivo oculto, que bien puede ser la rentabilidad electoral, habrá que ver si la estrategia les resulta fallida.

Mucha razón tiene el Papa Francisco al decir que “a la gente la empobrecen para que luego vote por quienes los hundieron en la pobreza”.

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