Un día entre Navidad y Año Nuevo

Algo ocurre con esta semana en la que pareciéramos suspendidos en un tiempo de espera...

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Con la nostalgia de un tiempo que viene a cumplirse de nuevo, quisiera que miráramos esta semana que transcurrió como un punto medio; quizá el punto en el que nos sentimos al aire. Cada semana de todo un año se vive de manera distinta, aun cuando la monotonía del trabajo aparezca en forma de rutina. Sabemos vivir de acuerdo con los días e incluso les dedicamos sentimientos específicos: los lunes vienen con odio y los domingos, cuando pasan las seis de la tarde, traen tristeza.

Algo ocurre con esta semana en la que pareciéramos suspendidos en un tiempo de espera. La navidad ha pasado y el nuevo año se acerca con expectativas sin propósitos reales. Pero amamos esperar, y nos reconforta la idea de no saber qué es lo que viene; mantengamos el espíritu esperanzado.

De momento, repetimos las tradiciones familiares que ocurren año tras año. La comida, el abrazo, la sonrisa, el convivir, el dolerse, la melancolía, las ausencias, las presencias y también las incomodidades.

Nos sentimos festivos, pero aun así podemos ser críticos. Tal fue el caso de Dostoievski, quien en su cuento largo “Un árbol de Noel y una boda”, se pone en las palabras de un personaje que narra una fiesta que se lleva al cabo en una semana como la que nosotros transcurrimos: entre Navidad y Año Nuevo.

Entre una crítica interna hacia cada uno de los presentes, nuestro personaje observa cómo otro invitado saca las cuentas del valor futuro que tendrá una niña de once años. El beneficio es grande y la espera relativamente poca; sabemos que el gran móvil humano se mide en billetes y no en sentimientos. Se casaría con ella.

Dentro de una narración magistral, podemos sentirnos un invitado más y estamos parados observando la crudeza de las relaciones humanas. Si el principal motivo de la fiesta era la espera del Año Nuevo, ahora notamos que más bien se trata de una espera basada en oportunidades; de buscar qué obtener de quién y cómo. Que este año sea para sentir.

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